Fusiones y uniones

Cotobade y Cerdedo, dos enormes pero semi despoblados ayuntamientos del norte de la provincia, acaban de iniciar el camino de la fusión que dará como resultado un municipio gigante, de más de 200 kilómetros cuadrados, y con unos 7.000 habitantes, que es una cifra aceptable. Sin duda, tendrá efectos positivos y el nuevo Concello de Cotabade-Cerdedo dispondrá de un mayor peso específico, y con ello más posibilidades económicas y mejores expectativas, lo que repercutirá sobre sus ciudadanos en servicios y dotaciones. En definitiva, es de lo que se trata.

Por pura casualidad, Vigo, precisamente un día antes de la foto de ayer de Feijóo con los dos representantes municipales, logró el acuerdo sobre el Área que su alcalde y el vicepresidente gallego calificaron justamente de "histórico", pese a lo devaluado de la expresión. Aún queda camino por delante –y la amenaza de la disolución de las cámaras por la convocatoria electoral gallega, que podría adelantarse de octubre a junio en función del calendario nacional- pero lo esencial está avanzado con el acuerdo entre todos gracias a la aplicación de principios elementales: búsqueda de consenso y generosidad por parte viguesa ante los municipios más pequeños. Finalmente habrá un área de 14+14 ayuntamientos (lo que quería Caballero y le negó Touriño) que supondrá en la práctica el nacimiento de una nueva provincia articulada en el sur con 600.000 habitantes, que es una cifra potente. Entre las conurbaciones españolas ya establecidas sólo hay siete que suman más: Madrid, Barcelona. Bilbao, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Málaga. Una vez establecido el Área Metropolitana como un organismo público supramunicipal, el segundo de España tras el que existe en Barcelona, cuando Vigo hable, lo hará en nombre de miles de vecinos y 28 ayuntamientos. Obviamente, no es lo mismo. Vigo será metropolitana o no será.

PD. El pleno de Pontevedra aprobó una declaración brutal en lo que suena a "vendetta". Lo más curioso, más allá de convertir el debate político en juicio sumarísimo, es que se trata de uno de sus vecinos, muy orgulloso siempre de serlo.