Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Cuando todo esto acabe y al actual presidente del Gobierno le sustituya otro de su mismo partido o de otro diferente, se podrán decir de él muchas cosas y no todas buenas, pero jamás podrá reprochársele que no haya procurado defender hasta el final a los que le son más próximos. Marido devoto y apasionadamente enamorado de su esposa como él mismo se encargó de recordarnos en una de las cartas más absurdas y ridículas escritas por un dirigente político de las muchas que componen la alta correspondencia de la Historia, no va a tener el más mínimo pudor en tratar de apadrinar una legislación restrictiva que acote el sacrosanto principio de la libertad de expresión apelando a la necesidad de poner barreras a los textos ofrecidos por aquellos medios informativos que no son de su mima corriente bajo el pretexto de que no son otra cosa que infundios y mentiras tejidos por la ultraderecha como parte de campañas estrictamente preparadas para desprestigiarle a él y a su entorno más cercano. La triste verdad es que todo responde a una apuesta firme por salvar a su mujer de las posibles responsabilidades penales que acarrearían sus irregulares comportamientos -que incluyen citas con sus contactos en salones de la Moncloa- para lo cual no ha tenido inconveniente en utilizar la infraestructura del Estado, convertir en portavoces de esas letanías a los ministros que de él dependen directamente, envilecer desde las poderosas instancias gubernamentales la tarea de jueces y magistrados –en su gobierno hay cuatro ministros que son jueces de carrera- y como última alternativa aún no totalmente concretada, legislar sobre libertad de prensa como dicen que hacía el general Narváez y sus turbios adláteres, Luis Sartorius y González Bravo, llenando de periodistas las celdas de la tristemente famosa cárcel del Saladero. A los periodistas siempre nos toca la peor parte de todo lo que se les ocurre a los gobernantes.
Ahora, y merced a una infame manipulación del Tribunal Constitucional que preside uno de sus colaboradores más fieles – Cándido Conde-Pumpido para ser exacto- ha conseguido librar de la cárcel a los reos involucrados en el fraude de los Ere de Andalucía y Griñán, Zarrías, Cháves y todo el equipo de malversadores tampoco cumplirá su pena. Le estarán eternamente agradecido pero, ¿quién le echará una mano a él si algún día le toca?
Contenido patrocinado
También te puede interesar