Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Anova -la parte nacionalista de AGE- que no es sino una escisión del BNG, ya tiene a su vez una escisión, Cerna, con la diputada Chelo Martínez en el grupo mixto, donde desde hace meses ya hay otra parlamentaria de sus mismas exsiglas. AGE lleva dos diputados menos cuando se ha consumido la mitad de la legislatura y la sensación creciente de que el nuevo proyecto de Beiras se encamina a otro fiasco tras haber obtenido un resultado espectacular en su debut, otro mucho menos airoso en las europeas y empeñarse en fracasar en las municipales. Esto ocurre en toda Galicia. Pero en Vigo no es mejor, sino al contrario. Anova Vigo está liderada por la FPG, que también es una escisión del BNG, aunque mucho más radical y antigua capitaneada por el escritor Cid Cabido (que no milita en FPG, aclaro).
En Vigo, las escisiones comenzaron desde que se fundó Anova con 150 militantes. Ahora, tras varias purgas y abandonos, apenas suman 15. Anova y Esquerda Unida, además, han anunciado su intención de echar el resto en la llamada Marea de Vigo, una plataforma ciudadana de izquierda en franca competencia con otras como Gañemos Vigo, Somos Maioría y, por supuesto, Podemos, que ahora camina en rumbo contrario, a convertirse en un partido tradicional con organización piramidal y líder intocable al timón.
Todo ello confirma que la vida imita el cine y recuerda a la inmortal "La vida de Brian", donde de forma muy gráfica se explicaba la ruptura de los partidos judíos contra los romanos divididos en mil escisiones con sus respectivos disidentes, los auténticos enemigos, mucho más que los imperialistas romanos. No tienen remedio.
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