Día de la Inmaculada

La devoción a María desde la edad media ha sido común en España, así mucho antes de que la Iglesia Católica reconociese la Inmaculada Concepción como dogma de fe al proclamarla el 8 de diciembre de 1854 por el Papa Pío IX en la capilla Sixtina, y un poco más tarde el 12 de noviembre de 1892 la Reina Regente María Cristina declaró a “Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción” Patrona del Arma de Infantería, que confirmó lo que desde la batalla de Empel entre los días 2 y 8 de diciembre de 1585, durante la guerra de los Ochenta Años, la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia por lo que se llamó el Milagro de Empel. Sucedió que cuando el enemigo abrió los diques de contención inundando el despliegue de los Tercios tuvieron que refugiarse sobre los diques del Mosa y en las pequeñas elevaciones por encima del nivel del agua, entre las que se encontraba la localidad de Empel. El milagro surgió cuando cubiertos de barro, se dispusieron a cavar trincheras, momento en que uno de los soldados encontró enterrada una tabla con la imagen de María Inmaculada. Los infantes lo interpretaron como una señal del Cielo y se encomendaron a la Virgen.

En la noche del 7 al 8 de diciembre, en una zona en donde el termómetro no suele bajar de los 2°C bajo cero, esa noche bajó a los 20°C bajo cero, quedando en pocas horas las aguas del río Mosa, que circundaban el reducto español congeladas, con un espesor de hielo de 12 metros. De esta forma, la escuadra holandesa quedó atrapada en el hielo, momento que las tropas españolas aprovecharon para hacer una salida, obteniendo una victoria tan rotunda que el almirante enemigo Hohelohe-Neuenstein dijo: “tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro”. Cómo he escrito antes desde ese día, la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia y festejada todos los 8 de diciembre. Tuvieron UE pasar 300 años para que el 12 de noviembre de 1892 fuese declarada Patrona del Arma de Infantería a “Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción”, que se celebra con todo orgullo en todos los regimientos.

Al día de hoy, en aquella loma de Empel está situada una pequeña capilla dedicada a la Inmaculada Concepción, conocida como Capilla del Milagro de Empel en memoria de lo ocurrido en la batalla.