Cuestión de impuestos

La delegación de la Agencia Tributaria en Vigo ingresó en los primeros seis meses 814 millones de euros, un 13,4% más que en el mismo periodo del año pasado. Una barbaridad: equivale al sobreesfuerzo de los contribuyentes, cada vez mayor. La recaudación del IRPF fue de 317 millones hasta junio, un 5,2; el IVA, que penaliza las compras, 372 millones de recaudación, un 18,2% más; y el Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios de las empresas, superó los 65 millones de euros, un 98% más. Y todo ello por una sencilla razón: el Estado necesita cada vez más recursos para atender todos los frentes abiertos, entre ellos no menor la deuda que continúa escalando y que hay que pagar. Pero todo será poco si finalmente se aprueba el cupo catalán, que supondrá que los más ricos se quedarán con sus impuestos. Ya pasa en el País Vasco: el resto de los españoles abonan una gran parte de las pensiones de los jubilados vascos, que, en cambio, no ponen un euro para la hucha común.

Por ese camino abierto de seguir buscando dinero se ha colado recientemente la basura, con el “tasazo” en la gestión de los residuos sólidos que vamos a pagar todos, no solo en Vigo, sino en toda Galicia, a través de Sogama, y en el resto de España con sus propias empresas. El modelo de eliminación es eficiente: hace años había en Vigo bolsas con desechos en la calle y un vertedero, O Zondal, que llegó a acumular un centenar de metros de altura. Todo eso desapareció: en Vigo no hay basura, que pasa con rapidez de Guixar al tren y de ahí a Cerceda, donde se recicla o transforma en energía eléctrica; O Zondal es una zona verde. En definitiva, un proceso eficiente que hay que pagar. Y a partir de ahora más, con los impuestos estatales a los vertidos e incineración y a la energía elétrica. El Gobierno impone tasas que elevan el canon en Sogama, repercuten en el Concello y finalmente en el ciudadano, que es el que al final soporta todo.