Un Estado con muchas cloacas (no todas son Leire Díez)

Publicado: 24 oct 2025 - 01:30

Temo que hemos perdido la capacidad de asustarnos ante los múltiples titulares de prensa que nos anegan hablando de espionajes ilegales, chantajes y sobornos en lo que podríamos llamar las cloacas del Estado. Día sí y día no compañeros admirables en tareas de investigación nos hablan de que tal y cual fiscal fueron víctimas de intentos de extorsión; que los medios de comunicación han estado sujetos a vigilancias no autorizadas por parte de servicios paralelos, y no hablamos solamente del comisario Villarejo, de triste memoria y tristísimo presente. O que, desde los aledaños de algún partido, y no hablo solamente del PSOE ni de su 'fontanera' Leire Díez, se ha tratado de desacreditar a jueces, a fiscales, a periodistas, a la UCO de la Guardia Civil, a miembros de la oposición, a empresarios y banqueros*a todo el que se movía en espacios ajenos a la gobernación del momento.

Ya digo que no quiero centrar mis tiros ni en el PSOE, ni en personajes de pésima reputación y peores prácticas, e incluyo aquí a Koldo, a Aldama y al propio ex ministro Abalos, que sigo sin comprender cómo puede mantenerse como diputado, como sigo sin entender que alguien como el llamado Alvise pueda aún permanecer representando a España como europarlamentario. Porque las cloacas se alimentan también de los malos ejemplos, de las malas prácticas que hay que disfrazar, de los que sisan el dinero público, de los abusos contra el ciudadano por parte de quienes detentan algún poder en el Estado.

Desde luego, no acusaré sin pruebas a un partido o a unas personas de hallase controlando las maniobras en la oscuridad, como no los acusaré, pese a muchas apariencias, de financiarse ilegalmente o de alguna otra práctica delictiva. Pero sí debo decir que me siento hondamente decepcionado por la manera como el partido gobernante está encarando (mejor dejando de encarar) el ruido ensordecedor de las portadas de tantos periódicos, radios e incluso televisiones. Ni una rueda de prensa abierta en la que se hable de los afectados o citados por las informaciones que constantemente publican los medios, ni unos datos que refuten terminantemente acusaciones que son, ciertamente, muy graves, ni unos recursos a los tribunales presentados en tiempo y forma, nio ujna rendición de cuentas como hubiese sido obligado en algunos países vecinos.

Todo queda en el silencio y en maniobras de distracción, como la (por cierto muy hábilmente lanzada por Sánchez) polémica sobre el horario de verano y el de invierno. Podríamos, al peor estilo de Miriam Nogueras, hacer muchos juegos de palabras con esto del adelanto o el retraso de la hora, pero lo que sí es cierto es que ya es hora de que cese toda esta pestilencia que impide un debate político sereno y constructivo, hacer nación, hacer Estado. E insisto en que no se puede achacar todo esto, incluyendo los manejos para tratar de desacreditar a determinado 'barón' socialista poco afecto a Ferraz, a una sola o a dos personas, aunque debo decir que estoy deseando ir a ver declarar a Leire Díez ante un juzgado.

Pero esto de las cloacas se ha convertido en un fenómeno más generalizado, en una práctica que prolifera en los manejos en redes sociales, en no pocas covachas quizá pagadas, en el fondo, por esos Presupuestos del Estado que ahora no existen. Empieza a ser una práctica de poder. Acaben con esto quienes pueden acabarlo antes de que las cloacas acaben con ellos. Y quién sabe si con todos nosotros, con nuestro prestigio como nación. Porque la democracia, al menos tal y como nos gusta, está seriamente amenazada. Y Díez, esa falsa periodista que rebusca en las basuras, no es sino una muy poco presentable comparsa en la obra, salvo que nos demuestren lo contrario.

Contenido patrocinado

stats