Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Hace ya unos cuantos años, creo que fue Michel Fidalgo, entonces concejal del PP y hoy diputado en el Parlamento de Galicia, quien lanzó lo que sería un buen lema para Vigo: “La ciudad que construye barcos, monta coches y lanza satélites”. Suena realmente bien: la urbe de las tres caras. Las dos primeras partes de la oración siguen en pie, no tanto la tercera, aunque esta semana Alén Space, una empresa de raíz viguesa, ahora instalada en Porto do Molle, el polígono de Zona Franca en Nigrán, dio un paso adelante enviando más allá de la atmósfera alta tecnología de control marítimo a bordo de un cohete de la empresa de Elon Musk lanzado desde California. Sin duda, un avance. Alén Space nació en el campus de la Universidad de Vigo y tras crecer fijó su sede en Porto do Molle, donde desarrolla su tecnología puntera “made in Vigo”.
El naval, en un gran momento de producción, y la automoción, en el valle de las sombras por lo que pueda pasar con el coche eléctrico y la competencia de Extremo Oriente, conforman el pasado y el presente de Vigo. El futuro no está escrito y nadie puede garantizar que dentro de otro medio siglo todavía haya vehículos circulando por las calles y barcos que se dediquen a la pesca en todos los mares del mundo, como hace ahora la flota viguesa desplegada por los cinco océanos, pero quién sabe. Lo que parece bastante seguro es que las necesidades tecnológicas y de vigilancia seguirán creciendo y poblando los cielos de constelaciones de satélites, la mayoría de pequeño tamaño, como los que se producen desde la ciudad y su comarca. El sector aeroespacial cuenta incluso con un clúster y se ha convertido en la única innovación que ha anotado en este siglo Vigo, que se mantiene gracias a los dos pilares del siglo XX. Y quizá el turismo, cuyo futuro es menos previsible todavía.
Contenido patrocinado
También te puede interesar