el cartero siempre llama varias veces en vigo

Muy al contrario que en el cine negro, el Vigo el cartero no se contenta con llamar dos veces. En realidad, es un habitual del timbre. Acaba de ocurrir con el Plan de Urbanismo, una constante en la historia reciente de la Muy Leal desde que Manuel Soto, en la primera gran campaña de propaganda extensiva local, llenó la ciudad con carteles de "Isto é Plan, merendar á beira do Lagares" (lo que fue cierto), abriendo así la larga historia de los planes generales de la ciudad, que parecía cerrada en 2008 después de otra larguísima gestación. Se ha visto que no. El asunto tendrá un epílogo que durará como mínimo dos años, pero lo más probable es que se alargue mucho más a poco que se descubra algún obstáculo -que los habrá- o aparezcan normas a cumplir con las que no se contaban.

El cartero también pasa por el puerto y el embrollo del muelle de Areal, felizmente superado aunque tarde y peor, ha dejado como consecuencia una instalación en Rande por completo inútil, dedicada ahora a aparcamiento para el "museo" de la Batalla y para las gabarras que no tienen sitio en las proximidades del mar. Es evidente que esa no era el propósito de la base de contenedores, sino conseguir espacio a mayores ante las estrecheces en Guixar, de momento superadas. Según el Puerto, las actuales terminales permitirán que el tráfico pueda continuar creciendo sin problemas durante un período relativamente largo, entre seis y diez años. ¿Y Rande? No hay ninguna utilización viable porque los dos problemas esenciales se mantienen ahora igual que hace ocho años: que no tiene conexiones adecuadas con la carretera y que se encuentra en una zona de protección ambiental, lo que limita las posibilidades de realizar actuaciones suplementarias. La inversión realizada fue relativamente reducida pero a día de hoy la base de contenedores es nuestro aeropuerto de Castellón aunque a una escala reducida: ni tiene uso ni se prevé. El actual presidente del Puerto es el heredero del heredero del heredero de un asunto que tiene mala solución y que no es sino producto de uno de los incansables momentos en que los vigueses se empeñan en dispararse en su propio pie. Como también en el caso del Plan de Urbanismo, volviendo al inicio...