Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Mire, dilecta leyente, este año, si hemos de creer a los chinos, puede ocurrir de todo, así que a lo mejor habría que pensar en huir a Júpiter. Me explico:
En primer lugar, lo único que los simpáticos chicos amarillos tienen claro es que se acabó el año del caballo, pero respecto a éste, en su horóscopo lo que aparece representado es un bicho con cuernos y cara puntiaguda, por lo que bien puede tratarse de una cabra, un oveja o un carnero. A favor de la interpretación de la cabra, se esgrime que todos los signos del zodíaco chino representan animales de los que se alimentaban en la antigüedad entre los que figura la cabra, no los otros rumiantes.
Una vez despejada la duda, vienen las predicciones y aquí es donde se generan las contradicciones entre los astrónomos, astrólogos y maestros de feng shui. Para unos, el signo de la cabra simboliza la paz y la amabilidad, por lo que será más fácil lograr soluciones y acuerdos para resolver conflictos y pugnas, lo que no gusta a muchos padres pues consideran que los nacidos bajo este signo van a resultar demasiado dóciles y pasivos, por lo que resultará improbable que lleguen a ser líderes sociales.
Sin embargo, como se encargan de recordarnos los boludos augures, los anteriores Años de la Cabra no fueron tan "mansos", pues, por ejemplo tuvieron lugar las guerras de Kuwait y Irak y en la actualidad el peligro terrorista islámico y las convulsiones sociales, pueden llevar con una elevada probabilidad a que se produzcan levantamientos masivos contra los gobiernos, a lo que se añadiría para el sudeste asiático el estallido de una nueva epidemia, mientras que en Europa occidental se prevé la llegada de catástrofes naturales, como crecidas y terremotos.
Sea como fuere, en vísperas de este cambio de ciclo los hospitales de todo el país reciben un incremento de solicitudes para provocar el parto porque los padres chinos prefieren que sus hijos nazcan en el todavía Año del Caballo.
Algunos buscan la seguridad en otras galaxias, apuntándose al proyecto One Mars para la colonización de Marte, pero ya hay expertos que vaticinan el viaje como un fracaso, y otros ven más factible dirigirse a Europa. No a esta nuestra, demasiado vieja y ajada, sino a la atractiva luna de Júpiter que lleva el mismo nombre, en donde se ha descubierto agua, vamos todo un océano. Así que, una vez que hayamos terminado de cargarnos el planeta Tierra, sigamos jeringando al resto del Universo.
La única esperanza es que haya un gallego en "Europa", señal de que hay "vida inteligente".
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