Hoy quiero hablaros de la transformación digital. Bajo este concepto se engloban las fases para informatizar todos o algunos de los procesos que intervienen en el día a día de cualquier empresa. En su libro La gran oportunidad, José de la Peña y Mosiri Cabezas la definen como «el proceso de cambio que una empresa ha de emprender para adaptarse a este mundo digital, combinando inteligentemente la tecnología digital con sus conocimientos y algunos de sus procesos tradicionales esenciales, para así lograr diferenciarse y ser más eficiente, competitiva y rentable».
De la misma manera, Pepe López de Ayala, ex Managing Director de Twitter Iberia, afirma: «Los clientes y consumidores ya han trasladado su presencia y la conversación al entorno digital, y las empresas tienen que escucharles e interactuar con ellos».
Y aunque cada vez son más las empresas que adoptan esta nueva estrategia, según datos conocidos en los últimos meses, en nuestro país todavía más del 78% de las pymes o autónomos no tienen una página web con la que vender sus productos o servicios, lo que nos indica que todavía queda mucho por hacer en el campo de la digitalización.
Pero ¿cuáles podrían ser los motivos para que este proceso de digitalización no se esté dando por igual en todas las empresas? Podríamos hablar de dos razones fundamentales:
• En muchas ocasiones, la dirección no es capaz de explicar adecuadamente a su equipo cuál es el contexto actual que provoca la necesidad de digitalizar los procesos de la empresa.
• Otras veces se debe a la falta de competencias digitales de los profesionales, es decir, no están preparados técnicamente para trabajar en entornos digitales o con tecnologías más complejas. Según datos de la Comisión Europea, alrededor del 32% de la fuerza laboral de la UE no tiene suficientes habilidades digitales, y el 13% no tiene ninguna.
Por eso, la transformación digital es mucho más que añadir tecnologías a la empresa. Supone un proceso largo en el que podríamos hablar de tres aspectos clave que deben de trabajarse desde la dirección:
1.- Disciplina y foco. Debemos concentrar todo nuestro esfuerzo, todo lo que hagamos, dirigido hacia ese objetivo.
2.- Haz ver a tu gente la necesidad del cambio. La dirección debe situar a los empleados en el contexto que le toca vivir a la compañía. Solo así van a ser capaces de entender el sentido de las cosas que hay que hacer para lograr el objetivo de la transformación digital. Para conseguirlo es necesario recalcar el mensaje de que no hay otra alternativa, de que no hay plan B.
3.- Recluta talento.
En este proceso de transformación digital, probablemente será imprescindible la incorporación al equipo de personas con capacidades diferentes, más tecnológicas.
Como decía la canción del grupo de pop español Radio Futura, «el futuro ya está aquí…» y la digitalización ha dejado de ser una opción. Todas las empresas, sean del tamaño que sean y sea cual sea el sector en el que desarrollen su actividad, tienen que enfocar sus objetivos hacia la trasformación digital. Es la garantía de su supervivencia.
De la misma manera, Pepe López de Ayala, ex Managing Director de Twitter Iberia, afirma: «Los clientes y consumidores ya han trasladado su presencia y la conversación al entorno digital, y las empresas tienen que escucharles e interactuar con ellos».
Y aunque cada vez son más las empresas que adoptan esta nueva estrategia, según datos conocidos en los últimos meses, en nuestro país todavía más del 78% de las pymes o autónomos no tienen una página web con la que vender sus productos o servicios, lo que nos indica que todavía queda mucho por hacer en el campo de la digitalización.
Pero ¿cuáles podrían ser los motivos para que este proceso de digitalización no se esté dando por igual en todas las empresas? Podríamos hablar de dos razones fundamentales:
• En muchas ocasiones, la dirección no es capaz de explicar adecuadamente a su equipo cuál es el contexto actual que provoca la necesidad de digitalizar los procesos de la empresa.
• Otras veces se debe a la falta de competencias digitales de los profesionales, es decir, no están preparados técnicamente para trabajar en entornos digitales o con tecnologías más complejas. Según datos de la Comisión Europea, alrededor del 32% de la fuerza laboral de la UE no tiene suficientes habilidades digitales, y el 13% no tiene ninguna.
Por eso, la transformación digital es mucho más que añadir tecnologías a la empresa. Supone un proceso largo en el que podríamos hablar de tres aspectos clave que deben de trabajarse desde la dirección:
1.- Disciplina y foco. Debemos concentrar todo nuestro esfuerzo, todo lo que hagamos, dirigido hacia ese objetivo.
2.- Haz ver a tu gente la necesidad del cambio. La dirección debe situar a los empleados en el contexto que le toca vivir a la compañía. Solo así van a ser capaces de entender el sentido de las cosas que hay que hacer para lograr el objetivo de la transformación digital. Para conseguirlo es necesario recalcar el mensaje de que no hay otra alternativa, de que no hay plan B.
3.- Recluta talento.
En este proceso de transformación digital, probablemente será imprescindible la incorporación al equipo de personas con capacidades diferentes, más tecnológicas.
Como decía la canción del grupo de pop español Radio Futura, «el futuro ya está aquí…» y la digitalización ha dejado de ser una opción. Todas las empresas, sean del tamaño que sean y sea cual sea el sector en el que desarrollen su actividad, tienen que enfocar sus objetivos hacia la trasformación digital. Es la garantía de su supervivencia.
