Entre el amor y el odio

Hace poco tiempo, se suscitó en una reunión familiar el controvertido tema de las relaciones profesionales y personales, y el debate que brota siempre que se suscita la materia. ¿Es posible obtener buenos resultados de trabajo compartiéndolo con alguien por el que no se sienta ninguna simpatía?, ¿la relación personal fomenta o entorpece la relación profesional?...

Hace unos días leí que Carmen Maura y Pedro Almodóvar no se dirigen la palabra desde hace más de treinta años pero ese mutuo despego que al parecer se originó en un trato casi despiadado del realizador hacia la actriz en una de sus películas –creo recordar que fue “Mujeres al borde de un ataque de nervios”- no impidió que el manchego volviera a contar con la actriz para “Volver”, una de las mejores películas de su filmografía. Cuando le preguntaron por esta situación, respondió que así era en verdad y que nunca jamás habían vuelto a hablar salvo mínimas conversaciones propias de un diálogo propio entre director y artista. Al respecto de este debate que nos planteábamos al principio, el director suponía que no era necesario que existiera entre dos personas que trabajan juntas una buena sintonía. Cada uno hace su trabajo y punto. Almodóvar añadió que, a mayor abundamiento, incluso pueden odiarse –sospecho que esa es la situación real entre él y Carmen Maura- lo que hace aún más admirable el resultado si como ocurre en “Volver”, la película le salió indudablemente buena.

De 1974 data la última fotografía en la que aparecen juntos John Lennon y Paul McCartney en la que ambos conversan al sol, recostados en unas sillas de tijeras. Desde que se inició la carrera de los Beatles, la relación entre ambos fue abiertamente competitiva y su amistad, si existió de verdad, fue deteriorándose día a día hasta convertirse en pura y abierta inquina. Sin embargo su colaboración ha producido algunas de las mejores canciones de la historia de la música popular desde los tiempos de los madrigales renacentistas.

Los políticos de este país nada quieren saber de este tema. Ni lo quieren ni se lo plantean, pero qué bien nos vendría a todos si por un día pensaran como Almodóvar, Lennon, McCartney y Carmen Maura. Qué bonito sería…