Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
El líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi ha hecho gala de la amistad que mantiene con el presidente ruso, Vladimir Putin y que intercambiaron vodka y lambrusco por su último cumpleaños. A la vista está que sale ganando el ruso por la calidad del alcohol que se regalan. Pero las declaraciones de Berlusconi demuestran que Il Cavaliere está fuera o alejado de la realidad política no solo por el contexto internacional sino por lo que ocurre en su propio país y que con esas declaraciones pone en riesgo la formación del primer gobierno italiano que presidirá la ultraderechista Giorgia Meloni que parece que se ha tomado un tranquilizante moderador y busca no asustar a la comunidad europea y ha hecho profesión de fe europeísta y atlantista. Pero se enfrenta a Berlusconi para quien la política es un juego, y considera que sus confidencias no tienen consecuencias y que todo es broma, cuando su amigo Putin se ha convertido en un criminal de guerra y a quien poca gente elegiría ya para irse de copas.
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