Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Una de las evidencias del deterioro selectivo del nivel de calidad de la función pública en España es que una agitadora como Ada Colau haya podido llegar a ser alcaldesa de una de las primeras ciudades de Europa. Este personaje, de la que se mintió diciendo que era licenciada en Derecho, cuando no tiene carrera alguna, ya que abandonó los estudios de Filosofía, según ella misma confesó para dedicarse a la agitación social que comenzó con la guerra del Golfo y luego contra las hipotecas lo que le deparó una breve carrera televisiva, al tiempo que se vinculó al movimiento ocupa. Esta mujer recobra protagonismo como una de las cabecillas de la flotilla solidaria que ha tratado de llegar a Gaza. Hoy está en todos los medios.
Hamas es considerada una organización terrorista por la Unión Europea, Estados Unidos, Suiza, Israel, Japón, Argentina, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Reino Unido, Paraguay y Costa Rica. Otros países como Rusia, Turquía, Brasil, China o Noruega no la incluyen en esta clasificación. Hamás es una organización completa, partidaria de la Yihad islámica y que, con ayuda de Irán, que se calcula que le aporta 100 millones de dólares al año, y el apoyo de Qtar, donde se refugian sus dirigentes. Y tampoco es despreciable la ayuda que recibe de Turquía, aunque Erdogan diga que su apoyo es sólo político, no militar, su país ha sido acusado de financiar el terrorismo de Hamás, incluso mediante ayuda desviada desde la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación.
El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó un ataque sorpresa contra el sur de Israel, matando a más de 1.400 personas y tomando más de doscientos rehenes. La reacción de Israel fue inmediata y con efectos tan desoladores para la población civil que gran parte del mundo lo considera un brutal genocidio que ha segado la vida de 65.000 personas y, al bloquear la ayuda humanitaria, causado la muerte por hambruna o efectos de los bombardeos a miles de niños, e incluso afectado al futuro de la población al destruir en los hospitales elementos esenciales para la generación de futuros palestinos. Estos son hechos. Cabe preguntarse si cuando Hamas lanzó su ataque contra Israel y asesinó hasta a recién nacidos, hecho constatado, si no se les ocurrió considerar que se iba a producir la respuesta que ha tenido.
Con el respaldo de Estados Unidos Israel ha llevado a cabo una guerra cuyo objetivo es la destrucción total de Hamas, que controla desde 2006 la Franja de Gaza, territorio de 365 km² que alberga a más de dos millones de habitantes. Sus repetidos manifiestos insisten en que su objetivo es la destrucción de Israel para establecer sociedad islámica en la Palestina. Pero, además, sus fundadores e ideólogos han marcado de paso que su objetivo es imponer la ‘sharia’, la ley islámica como fundamento de un eventual estado palestino. Se enfrentaron a la Autoridad Nacional Palestina, a la que acusan de haberse “occidentalizado” y desde el primer momento se opusieron a la Organización de Liberación de Palestina y su brazo principal Al-Fatah, y criticaron a su dirigente Yasser Arafaf, por su postura a su entender ineficaz y moderada. Por ello se ha señalado la paradoja de que si algunos de los que viajan en la flotilla quisieran desembarcar con su bandera del movimiento LGTBI no iban a ser precisamente bien recibidos.
Y no hay que olvidar que Hamas condenó los Acuerdos de Oslo, firmado por el líder de la OLP, Yasser Arafat, y el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, en 1993. Ambos fueron declarados en 1994 Premios Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. Se dijo entonces que ambos habían abierto una nueva vía para la paz en Oriente Medio. Se consideró un antecedente la conferencia de Paz de Madrid en octubre de 1991 que reunió en el Palacio Real de Madrid a representantes de varios países árabes y de Israel. Y estos son hechos que ahora se obvian. Ciertamente, la reacción de Netanyahu rebasa todos los límites en su guerra total que lleva tanto sufrimiento a la población civil. ¿Aceptará Hamas el plan Trump para la tregua? Cuesta trabajo admitir que Hamas acepte su desmantelamiento, incluso la amnistía que se ofrece a sus dirigentes. Tampoco parece que los palestinos acepten conservar Gaza a costa de la anexión por Israel de los territorios de Cisjordania, donde ya ha instalado a medio millón de colonos. Lo que hasta el propio primer ministro israelí sabe que Hamas no desaparecerá, porque se ha sembrado tanto odio que en el futuro otros jóvenes palestinos ocuparán su lugar.
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