Los vecinos de Tomiño salen a la calle “por si las moscas”
Los afectados por la invasión de estos insectos se unieron para celebrar ayer una protesta en Amorín y exigir una solución
Tomiño salió a la calle por si las moscas. A la espera de que el Concello les dé una solución, los vecinos que sufren desde hace años una invasión de estos insectos en sus casas dieron ayer el pistoletazo de salida a las protestas. “No es broma, es un problema real y muy gordo. Es desesperante”, comentaban los afectados en una concentración en el recinto de fiestas de Carregal, en la parroquia de Amorín, a la que prevén que sigan más, entre ellas una cacerolada delante del Concello para visibilizar su situación. “No queremos que se nos olvide, estamos deseando poder vivir en condiciones dignas y no rodeados de cientos de moscas”, lamentan.
Los primeros episodios de ‘boom’ de moscas en Tomiño se remontan a los años 2019 y 2020. Ahí fue cuando se detectó un crecimiento masivo de estos insectos y se determinó que era la especie común, la mosca doméstica, que no provoca enfermedades, pero sí resulta muy molesta porque anida en el interior de las viviendas.
El Concello contrató a la Universidad de Vigo para poner en marcha de manera inmediata un estudio y la realización de visitas a explotaciones ganaderas y agrarias para comprobar ‘in situ’ el estado de los abonos. También lanzará una encuesta online dirigida a los vecinos. Se constituyó una mesa de trabajo con varias parroquias afectadas en la que también participan las comunidades de montes y de aguas y explotaciones agrarias, donde ahora se va a poner el foco por las supuestas malas prácticas con el uso del estiércol en algunas. “Valoramos todas estas iniciativas, pero la realidad es que el problema sigue latente y queremos una solución ya porque no podemos seguir viviendo así, entre moscas", comenta Jose, vecino de Amorín.
Atendiendo a los estudios científicos realizados, son varios los factores que explican esta invasión de moscas. Por una parte, el mal uso de los abonos en algunas granjas, explotaciones agrarias y de cultivos, a lo que se suma la gran humedad por la proximidad del río Miño, el aumento de las altas temperaturas por el cambio climático y la destrucción del bosque autóctono. Es la tormenta perfecta para que se produzca un "boom poblacional desproporcionado”, tal y como precisaba recientemente a este diario Salustiano Mato, catedrático de Zoología de la Universidad de Vigo, que constatan que los episodios están disminuyendo tras aconsejar formas de abonado más adecuadas, pero aún hay trabajo por hacer para frenar la llegada de más moscas.
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