El juicio a “los charlines” queda visto para sentencia

“Yo nunca he lavado dinero ni nada, porque nunca he tenido dinero, las cosas como son”, dijo Melchor Charlín Pomares en la última jornada de la vista oral del juicio al clan de los charlines en la Audiencia Nacional, durante la cual la primogénita del patriarca del clan, Josefa Charlín Pomares, pidió “disculpas a la Sala” entre lágrimas.

A pesar de que parte de los acusados guardó silencio en la última sesión, algunos aprovecharon para desmarcarse una vez más del supuesto blanqueo de capitales derivado del tráfico de droga que la Fiscalía atribuye a la familia. “Lo único que he hecho ha sido trabajar, es lo único”, manifestó Óscar Felipe Charlín Pomares.

Otro de los acusados, el empresario Ramón Rodríguez Paz, dijo que solo pretendió “cobrar la deuda que tenía” con su constructora. “Nunca sospeché que María Teresa Charlín estaría relacionada con hechos delictivos”, sostuvo. Mientras el abogado Santiago Do Campo negó que fuese “un testaferro” del clan y aseguró que su gestión se basó “única y exclusivamente en la compra y venta de mercancía”.

La Fiscalía Antidroga pidió al tribunal que dictase una sentencia condenatoria en contra de los acusados asegurando que el patrimonio familiar “procede del tráfico de drogas” y que el clan se enriqueció ilícitamente blanqueando ese dinero. Antidroga pidió penas que van de los 5 a los 6 años de prisión para cada uno de los acusados, entre los que se encuentran hijos y nietos del patriarca familiar -ya fallecido- y multas que oscilan de los 10 a los 12 millones de euros para cada uno de ellos. También solicita el decomiso definitivo de una depuradora de marisco, varios pisos, trasteros y garajes, y fondos bloqueados en Suiza.