Investigadores de la UVigo descubren insectos ‘náufragos’ del Jurásico
En el Jurásico Medio, hace 170 millones de años, la Península Ibérica vivía un momento de gran actividad volcánica. Varias zonas del este estaban en ese momento sumergidas y mientras los dinosaurios eran los vertebrados dominantes, la flora estaba compuesta por helechos, benettitales y cicadales. En ese escenario, cerca de la frontera de lo que en la actualidad son las provincias de Teruel y Valencia, se originó, a más de 150 kilómetros de la costa más próxima, una isla de origen volcánico, denominada Camarena, que fue colonizada por una flora dominada por gimnospermas.
170 millones de años más tarde, el investigador de la UVigo Artai Santos López decidió centrar su tesis doctoral en material excavado en esa zona y, aunque de inicio su intención era únicamente el estudio paleobotánico, “durante el análisis de las piezas detectamos la presencia de varias marcas de herbivoría (una forma de depredación en la que un animal consume parte de una planta) de insectos en las hojas estudiadas. Aprovechando una estadía que realicé este año en Alemania con el doctor Torsten Wappler, especialista en paleoentomología, nos propusimos intentar identificar e interpretar la presencia de estas interacciones de insectos en la flora de esta isla volcánica efímera”, explica el investigador del Departamento de Geociencias marinas y ordenación dle territorio. La decisión de ARtai Santos de ahondar en este hallazgo derivó en una investigación y la reciente publicación del artículo “Una historia de Robinson Crusoe en el registro fósil: Interacciones de una isla volcánica efímera del Jurásico Medio”, un trabajo que convierte a estos investigadores en autores de la primera refrencia de las interacciones planta-insecto de este período histórico en la península.
“No son fácil de reconocer en el registro fósil y esta es la primera vez que trabajamos en este tipo de interacciones”, detalla el autor principal del artículo.
Los restos fósiles de las plantas investigadas en este trabajo prsentan marcas de herbivoría y puesta de huevos de insectos que consiguieron llegar a la isla Camarena. “Los insectos que fueron quien de llegar a la isla, como Robinson Crusoe en la novela, pronto encontraron comida y alojamiento entre las plantas ‘indígenas’. Concretamente encontramos 11 morfotipos de daños diferents que conseguimos asociar con varios tipos de insectos", enumera Artai Santos.
Las comparaciones estadísticas realizadas por los investigadores con otras asociaciones de interacciones planta-insecto del Jurásico Medio evidencian que la diversidad de la isla es demasiado baja como para que existiese un corredor de islas que actuasen de puente biológico entre el continente y Camarena. “Los insectos probablemente llegaron a la isla mediante métodos de dispersión pasivos, literalmente naufragaron. Estos métodos incluyen ”rafting" y “floating”, cuando pequeños insectos viajan en el pleuston arrastrados por corrientes de agua", explica Artai Santos, que también señala que los de menor tamaño también podían viajar pasivamente en corrientes de aire a varios kilómetros de altitud.
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