Vigo y la provincia, a la cabeza de las comunidades energéticas de Galicia

La Xunta recibió este año 54 solicitudes de ayudas para comunidades y 26 son de la provincia de Pontevedra

Cubiertas de las naves de la comunidad energética de Tameiga.
Cubiertas de las naves de la comunidad energética de Tameiga.

La crisis energética que provocó la guerra de Ucrania ha disparado el interés de la ciudadanía por el ahorro energético, a la vez que se multiplicaban las acciones para poner en marcha soluciones. Una de ella son las comunidades energéticas, agrupaciones de usuarios que quieren producir la energía que consumen, con lo que reducirán su factura. Vigo y la provincia están a la cabeza de Galicia en este tipo de organizaciones.

Aunque no existe un registro oficial, porque la normativa estatal no lo contempla, la Consellería de Industria, de la Xunta, dispone del número de solicitudes recibidas a la línea de ayudas para su constitución o planificación de comunidades energéticas ya constituidas.

Así, en 2024 se recibieron 54 solicitudes, de las que 26 corresponden a Vigo y la provincia de Pontevedra. En concreto 9 fueron para la provincia de A Coruña; 10 en Lugo; 9 en Ourense y 26 solicitudes en Pontevedra.

Estas 26 solicitudes de la provincia de Pontevedra se repartieron entre los concellos de Vigo, Baiona, Fornelos de Montes, Gondomar, Nigrán, Pazos de Borbén, O Porriño, Salceda de Caselas y Soutomaior. Además, 9 de ellas tienen ya propuesta de concesión (en Vigo, Fornelos de Montes, Soutomaior, O Porriño y Baiona); en lista de espera hay 15 y dos fueron denegadas.

El interés y crecimiento de 2024 es exponencial, porque en el 2023 en la provincia de Pontevedra se recibió una única solicitud, en Vigo, que llegó a justificarse y abonarse, explican desde la Xunta.

Aunque el objetivo es el ahorro, las comunidades energéticas tienen más atribuciones, por ejemplo opción de participación en el mercado, pueden tener representación propia en los mercados para compra y venta de energía, o pueden hacer otro tipo de proyectos como mejora de eficiencia energética en los edificios.

Hay dos figuras de comunidades de energía: Comunidades de Energías Renovables (CER) y las Comunidades Ciudadanas de Energía (CCE).

Para las primeras hay más condicionantes y uno de ellos es la proximidad, son 2.000 metros desde el punto de consumo al de producción, también está limitada la entrada para grupos de vecinos o comunidades, más centradas en la localidad o un polígono industrial.

Las segundas son abiertas y no hay ningún tipo de restricción de entrada ni del tipo de persona que participe, también desaparece la distancia.

Uno de los ejemplos en el área de Vigo es la Comunidad Energética de Tameiga, en Mos, que ya tiene instalaciones de placas solares fotovoltaicas para llevar energía verde a más de 400 familias y a empresas. Se trata de sacar rendimiento a las cubiertas del polígono industrial de Monte Faquiña, del que es titular, con más de 20 naves industriales. La comunidad alquila las naves y se reserva el uso de los tejados.

La comunidad energética de Tameiga fue incluida en el programa europeo “Energy Communities Repository”, uno de los 25 proyectos en Europa que recibieron asistencia técnica presencial para llevarlo adelante.

Para la Comunidad de Montes de Tameiga, este proyecto responde a la necesidad de transformar el sector energético, haciendo protagonistas a los consumidores, que también se convierten en productores de su propia energía. El objetivo es fortalecer el tejido social y económico del territorio, mientras se disminuye la huella de carbono.

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