España condena las continuas agresiones a sus camioneros

El Gobierno de España, que sigue la situación creada en Francia por las protestas agrarias que está generando problemas en el tráfico por carretera y afecta al tránsito de mercancías, condenó los actos vandálicos que se están produciendo contra camiones españoles por parte de agricultores franceses, según informaron fuentes gubernamentales. El Ejecutivo español indicó que se encuentra en “contacto permanente” con las autoridades francesas para tener la información precisa para poder responder a las posibles incidencias.

De hecho, las protestas de los agricultores provocaron que un camión cargado con 25.000 litros de vino procedente de la cooperativa SAT Coloman, ubicada en Pedro Muñoz (Ciudad Real), se viese afectado por los manifestantes que vaciaron todo su contenido.

Pero también fueron atacados otros camiones cargados con fruta, verduras y vino, por eso el Gobierno reitera su “condena” ante estos actos vandálicos que califica de “absolutamente inaceptables”. No obstante, el Gobierno “respeta plenamente el derecho de manifestación y de expresar libremente la opinión”, pero siempre que se realice de “forma pacífica, no con medios violentos y con coacción”.

Enero es uno de los meses con mayores volúmenes de exportación de producto nacional, siendo Francia el segundo destino de las exportaciones españolas, pero también lugar de tránsito hacia otros mercados. De esta forma, la exportación de frutas y hortalizas frescas en enero de 2023 alcanzó los 1,24 millones de toneladas por un valor de 1.636 millones de euros.

La protesta de los agricultores franceses en Le Boulou (Francia) obligó a cortar la circulación de vehículos en la AP-7 que fue cortada al mediodía a la altura de La Jonquera (Girona). Los coches están siendo desviados por la N-2 en Figueres (Girona), mientras que los camiones son detenidos o dirigidos a “aparcamientos disuasorios”.

Libre circulación

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, tras los ataques que están sufriendo los camiones españoles por parte de los agricultores franceses, ha pedido a la Unión Europea y al Gobierno de España que se garantice la libre circulación de mercancía.

“Los agricultores de COAG podemos comprender los motivos que llevan a los agricultores franceses a movilizarse. De hecho, compartimos casi las mismas reivindicaciones, pero no podemos entender que focalicen sus protestas en la producción española cuando somos miembros de la Unión Europea, lo mismo que ellos”, criticó el responsable producción agrícola COAG sobre ataques en Francia a productos españoles, Andrés Góngora.

La organización agraria reclamó que se debe “garantizar la libre circulación de mercancía”. “Exigimos a la Unión Europea y al Gobierno español que materialice ese derecho y que no se siga protestando contra las producciones españolas”, subrayó. Respecto a las protestas de los agricultores galos, a Andrés Góngora le llama “mucho la atención” que estos las focalicen contra el producto español y no lo hagan contra Marruecos, que les “está inundando su mercado”.

Francia elimina impuestos al diésel para aplacar las protestas

El primer ministro francés, Gabriel Attal, reiteró ayer la oposición de Francia al acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Mercosur en un intento por aplacar las protestas de los agricultores, que se manifiestan desde hace una semana contra la importación de productos de terceros países, pero también por el precio de los combusibles. “Francia se opone claramente, como lo ha hecho desde el primer día por voz del presidente de la República (Emmanuel Macron), a la firma del Tratado del Mercosur”, dijo, reiterando nuevamente que el Gobierno francés “seguirá oponiéndose” en un futuro al acuerdo, según recogía la cadena BFMTV en unas declaraciones.

La UE y Mercosur comenzaron a negociar un tratado de libre comercio en el año 2000, si bien las conversaciones han pasado desde entonces varias fases, llegando a estancarse. Varias cuestiones medioambientales, denunciadas por París, amenazan con poner fin al proceso. Esto se produce después de que Attal anunciase una serie de medidas para calmar las protestas, como el fin de la subida gradual del impuesto sobre el diésel no vial, una simplificación de la normativa sobre los setos agrícolas, así como un aumento de 50 millones de euros para la agricultura ecológica, entre otras.

El aumento de los impuestos al diésel fue uno de los grandes detonantes de la irade los agricultores, cuya maquinaria precisa este combustible, y además lo necesita en grandes cantidades. En cualquier caso, será el diésel agrícola, es decir, el que emplean los tractores, no el de los turismos.