Una para todas en Navia

El lema completo de los mosqueteros era “uno para todos y todos para uno”. Sin embargo, Jessica Kelliher prefiere quedarse solo con la primera parte pese a que sus números la sitúan como la jugadora franquicia del Celta Femxa Zorka en su regreso a la Liga Challenge. La estadounidense, que llegó del frío a Vigo tras cinco años en la liga sueca, tiene claro que sus logros individuales -como su elección en el quinteto ideal de la última jornada- serían imposibles sin sus compañeras. “Jugar en un equipo tan generoso y trabajador hace que el éxito individual sea fácil. Estoy rodeada de mucho talento”, sostiene la ala pívot norteamericana.

La segunda plaza que ostenta el equipo vigués tiene muchas madres. Pero Kelliher es, sin duda, una de ellas. Promedia casi 17 puntos y 6 rebotes por partido. Es la cuarta jugadora mejor valorada de la Liga -17.2 por duelo-, pero a ella le importa muy poco terminar como MVP. “Sinceramente, no es algo en lo que piense demasiado. Quiero dar lo mejor de mí en cada competición para ayudar al equipo a ganar. Mientras lo hagamos, estoy contenta”, resume la interior de Wisconsin, que solo piensa en convertirse “en una jugadora más completa” y agradece al cuerpo técnico de Cristina Cantero que le empuje a conseguirlo. “No me centro en premios individuales”, apostilla.

Lógicamente, a nadie le amarga un dulce. “Es una buena sensación ser reconocida, pero creo que es un reflejo del rendimiento de todo el equipo”, destaca. Teniendo en cuenta esa humildad en el plano individual, es natural que la ambición surja desde el enfoque colectivo. “El objetivo siempre es competir en cada partido y jugar para ganar”, promulga Kelliher, que cree que como “equipo joven”, el Celta tiene margen de mejora para “jugar el mejor baloncesto a final de temporada”. Y claro, con esos ingredientes, el final del camino está claro: “Por supuesto, el ascenso es la meta final”.

En esa capacidad de progresión también se incluye la jugadora estadounidense. En todos los sentidos. “Poco a poco, estoy aprendiendo más del idioma y empezando a entender bastante, que es más fácil que hablar”, bromea Jessica, que utiliza el inglés para sentirse más segura, pese a que su adaptación macha viento en popa. “He disfrutado mucho de mi tiempo aquí hasta ahora. Todos en el equipo han sido muy acogedores y amables. El tiempo ha pasado rápido y ha sido bastante fácil adaptarme a la vida aquí. Creo que Vigo es una gran ciudad”, sostiene.

En ese sentido, Kelliher se muestra especialmente agradecida y fascinada con la afición del Celta. “El ambiente en Navia es algo que no había experimentado antes”, proclama sin ambages. “La primera vez que jugué en nuestra pista me sorprendió, en el mejor sentido”, reconoce la interior de Wisconsin, que destacó mucho en la liga universitaria de su país, donde suele haber también mucha gente en las gradas. Pero para ella, la casa del basket vigués es algo totalmente diferente. “Hay tanta energía y apoyo por parte del público. La verdad es que es muy divertido formar parte de ello. ¡Me encanta!”, rubrica la MVP del equipo celeste, rendida a todas sus compañeras. “Solo puedo decir cosas buenas de ellas. Me siento muy afortunada de estar rodeada de un grupo tan bueno. Me han hecho sentir muy cómoda y son muy solidarias y amables”, concluye la mosquetera que solo sabe conjugar el “una para todas”.