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La modalidad de dobles ha vuelto a traerle la gloria a Martín de la Puente (Vigo, 1999). El vigués conquistó el sábado, junto a Ruben Spaargaren, su primer título de Wimbledon, que es el segundo de Grand Slam tras el US Open de 2022. La disciplina también le ha brindado un bronce paralímpico y una Copa de Maestros. Martín lo agradece, lo disfruta pero también quiere más. Y a por ello va.
¿Cómo se siente?
Estoy en una nube. Fue una semana muy buena. También dura. Porque en individual sentía que estaba para más. En semifinales, Alfie (Hewett) jugó un gran partido, pero yo creía que podía haber hecho algo más. Lo bueno es que después fui capaz de dejar atrás ese fastidio, ese reproche hacia mí mismo, y disfrutar de una final que fue uno de los mejores partidos de la semana. La pista estaba preciosa, la Pista 1, contra los dos ingleses (Hewett y Reid), que forman una de las mejores parejas de la historia. Ha sido una semana muy especial, en un lugar muy especial, que va a quedar para siempre en mi memoria.
Imagino que ha vivido un carrusel de sentimientos en las últimas horas.
Es un trabajo colectivo. A mí me toca salir en la foto, pero me voy a acordar de toda la gente que ha estado conmigo y me ha apoyado. Esto no se consigue de la noche a la mañana. Lleva mucho trabajo, muchos esfuerzos y muchos sacrificios. Así que compartir la victoria con todos es lo más bonito.
"El planteamiento era hacer el partido duro y que ellos no tomasen ventaja para que sintiesen la presión"
Qué cierre más magnífico, con esa derecha ganadora al medio de la pareja rival.
En el último juego, Ruben va muy agresivo. La bola queda medio colgada y se la pedí porque a mí me gusta mucho ir hacia adelante. Solo tenía una cosa clara: que la iba a reventar. Después si se iba contra la valla... Pero yo sabía que iba a ir con todo que si caía dentro y ganábamos mejor, pero no quería quedarme con la duda de si podía haber hecho más. La bola era sencilla, a mitad de pista y bastante alta, así que sabía que si le pegaba bien había muchas posibilidades de que se acabase ahí. Por suerte cayó bien al medio.
Fue una final con varios breaks y contrabreaks. ¿Cómo la vivió desde dentro?
Las finales siempre son duras y difíciles. Muchos nervios. Y más jugando contra los británicos en su casa. Mucha tensión. Al principio, la pista estaba algo vacía pero luego se llenó hasta el 80% de su capacidad. Fue un partido muy de momentos, con muchos breaks. El planteamiento era hacer el partido duro, que no tomasen mucha ventaja para que ellos sintiesen la presión. Al fin y al cabo, ellos jugaban en casa, lo que puede ser un arma de doble filo. Quizás podían permitirse más cosas, pero nosotros, que veníamos de perder con ellos la semana anterior, sabíamos que teníamos que estar preparados para todo.
"Ruben (Spaargaren) es un gran amigo; cuando encontramos el equilibrio entre su calma y mi intensidad, funcionamos muy bien"
Esta temporada está muy consolidado con Spaargaren. ¿Cómo es formar pareja con él?
Nos conocemos desde hace mucho tiempo y tenemos una relación cercana. Jugamos juntos en juniors. Es un gran amigo y eso lo hace todo muy sencillo. Él es muy diferente a mí, en el sentido de que es muy tranquilo e introvertido en pista. Yo, en cambio, soy lo contrario: intento sacar toda la energía para fuera. Cuando encontramos el equilibrio entre su calma y mi intensidad, funcionamos muy bien. Siempre intento transmitir mucha energía para que él no se quede. En la final, estuve animando y estando presente todo el rato para que no nos comiese el ambiente. Y creo que hicimos un buen trabajo. Supimos mantenernos firmes, especialmente en ese segundo set más peligroso, y le dimos la vuelta al partido.
El dobles le está dando mucho: medalla en París, US Open, Copa de Maestros, número 1 del mundo.
Sí. Me lo paso bien. Es algo diferente, compartir con alguien la pista. Creo que lo entiendo muy bien y me siento muy cómodo. Claro que me gustaría dar ese pasito adelante en el invidual, pero el dobles bienvenido sea. Yo se lo digo a la gente: este trofeo lo tengo en mis manos, va a ir para casa y siempre me voy a acordar de este día.
"Creo que tengo el tenis para competir contra Oda y contra Hewett y por eso les he ganado varias veces"
En el cuadro individual llegó a semifinales. ¿Satisfecho?
Estoy feliz por cómo está yendo la temporada, por sentirme competitivo, por luchar con los de arriba. Estamos 3 del mundo y está claro que queremos llegar a lo más alto. Pero esto es el máximo nivel, los torneos más duros. Es el último pasito antes de tocar la gloria. A veces somos críticos cuando no conseguimos todo, pero hay que valorar que estamos en la pirámide, con dos personas por delante, con las que competimos en las semifinales de las citas importantes. Y creo que hay darle valor a esto.
¿Qué cree que le falta para ganar más a menudo a Oda y a Hewett?
Es cierto que el otro día con Hewett me faltó mucho primer saque. Él estaba muy cómodo al resto y aún encima en hierba, que cuando no estás fino con el saque, te lo castigan mucho. Es un poco de todo. Algo de mente fría en los momentos calientes y seguir ahí apretando. Pero creo que tengo el tenis para competir contra ellos y por eso les he ganado varias veces. Si no lo hubiera hecho nunca, te diría que me falta nivel, pero no es así. Siento que estoy más cerca, pero vamos a tener que revertir el porcentaje de victorias para que sea yo el que gane la mayoría de partidos.
“Es un torneo muy especial para mí; cuando piensas en Wimbledon, piensas en tenis; es magia”
El año pasado, finalista individual, este año campeón en dobles. ¿Qué significa Wimbledon para usted?
Piensas en tenis, piensas en blanco, piensas en hierba. Es magia. Una de las cosas con las que sueñas de pequeño. La verdad es que es un torneo muy especial para mí. En césped, me siento muy cómodo. Es verdad que la silla es compleja de mover y cuesta mucho que haya peloteos largos, pero yo estoy con mucha alegría en Londres. Y poder jugar rondas finales, ya no te digo.
Supongo que la cena de campeones fue muy especial.
Claro que sí. Porque, además, es un momento en el que echas la vista atrás y sientes que merece la pena todo el esfuerzo, el sacrificio, el haber decidido poner mi vida social en un segundo plano y dejar a mi familia y amigos en casa para intentar dedicarme profesionalmente al tenis. Yo que soy un enamorado de mi ciudad, a veces cuesta. Y en estos momentos, todo cobra sentido. Estas experiencias compensan todo eso.
“En la cena de campeones sientes que ha merecido la pena todo el sacrificio y el esfuerzo”
Y con felicitación incluida de la presidenta del Celta.
Fue una semana especial y muchos os habéis acordado de mí. Pero el Celta es algo fundamental para mí. Yo me veo todos los partidos y si no, que te lo diga mi novia, que la tengo siempre agobiada con el fútbol. Me siento muy agradecido al club y a la presidenta. Pero también se han acordado de mí muchos deportistas. Carlos (Alcaraz), Fer López… También me saludó su majestad el Rey allí. Todo esto me llega mucho. Y no solo los deportistas. Que la gente se acuerde de mí… Todos los mensajes me llegan al alma y estoy muy agradecido.
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