Balonmano | Liga Asobal
Por unas felices fiestas
Juegos Paralímpicos
Judith Rodríguez Menéndez (Vigo, 11 de septiembre de 1995) fue recibida ayer por el alcalde de Vigo, Abel Caballero, tras obtener la medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de París en la modalidad de florete. “Tras el último tocado, me puse de pie sobre una pierna y comencé a llorar”, admite la deportista.
Recibimiento masivo en Peinador el martes y ahora acto institucional, ¿qué siente?
Estoy muy emocionada, muy contenta y, también, muy orgullosa del recibimiento que tuve por parte de mi familia, amigos y el club. Compartir un logro así con las personas que quieres, creo que es el logro más importante. No contaba con tanta gente. Pensaba que iba a estar mi abuela, mi mejor amiga y unas primas. Pero no contaba con tanta gente. Me hizo mucha ilusión, sobre todo, ver a los niños y niñas del club, que estaban todos felices y orgullosos, me puso muy contenta. Además, mi abuela estaba muy emocionada.
¿Impresiona cuando se abren las puertas y se encuentra a esa gente?
Sí, sí, la verdad es que sí. Ya recogiendo las maletas escuchaba a mi abuela fuera preguntando: ¿cuándo sale? ¿cuándo sale? Y, luego, mis amigos. Al final, nos juntamos todos y gritamos la palabra lume, que es mi lema. La verdad es que fue algo precioso.
¿Pudo responder a todas las felicitaciones?
Aún tengo algunas por contestar. Fueron muchas. Esto es un camino muy largo y, en él, intervino mucha gente. Ahora es el momento de agradecer a cada una de las personas que ayudaron y que aportaron, aunque fuera un poquito. Es mi momento de agradecerlo y lleva su tiempo hacerlo.
¿Qué recuerdo tiene ahora de ganar esa medalla en florete?
Recuerdo ese último tocado, que lo logré, salté de la silla con una pierna solo y, al girarme, vi al público que me estaba animando. Allí estaba mi mejor amiga y compañera de equipo Xiana, mi hermana y mi cuñado. También fue bonito compartirlo con la gente que quiero. Además, los aficionados me estaban animando a mí porque eran todas asiáticas y yo la única que no, de forma que escogieron apoyar a la de Europa. Tras ese último tocado, ya me puse a llorar porque llegó tras mucho trabajo y mucho sacrificio. Resultó un sueño. A la mañana siguiente me desperté y todavía dudaba si era verdad o no, pero tenía la medalla al lado y ya vi que sí. Me quedé dormida con ella al lado.
¿Cómo se vio en competición?
Pude competir a un gran nivel en un día largo porque comenzamos a las 9:00 de la mañana y llegamos a la villa olímpica a la 1:00 de la madrugada. La que entraba en la final tenía dos cruces menos que la que peleaba por el bronce, que afrontaba la repesca. Hubo un tramo en el que se enlazaban los duelos y, a nivel mental, resultó agotador. Las rivales eran muy fuertes y Asia dominó en las tres armas. Ganarle a una de ellas parecía casi imposible y, cuando lo conseguí, fue algo increíble. Era la primera vez que ganaba a Chui Yee Yu, que es una leyenda de la esgrima. La verdad es que tiré muy bien. Fueron asaltos muy buenos y muy mentales. También estoy contenta por esa parte, por poder llevar la mente hacia donde yo quería.
¿Cómo se mantiene la concentración tantas horas?
Lo que hacíamos era un cruce, un descanso de media hora y ya calentar hacia el siguiente. Lo que hacía dentro de cada asalto era, si encajaba dos seguidos, parar y pensar en el próximo tocado, sin fijarme en el resultado. Y si veía el resultado y llegaba al 14, centrarme en el siguiente. Uno más. Quería ir uno a uno porque, si piensas en me queda éste y otro y el de más allá, ya pierdes la concentración.
¿Había un buen ambiente en el Grand Palais?
La grada estaba llena y el público metía mucho ruido. Había momentos en los que teníamos que parar porque no se escuchaba al árbitro. Había dos competidoras de Francia y se veían unas imágenes con sus caras gigantes en la grada. La verdad es que era tremendo el ambiente. Incluso, de ese ruido, cometí algún error de salir antes porque no escuchaba al árbitro. Pero sí, el ambiente resultó precioso, nunca había competido en un sitio así. Era como una película, muy bonito.
Y no están acostumbradas.
No, no. La verdad es que no. Y eso que el año pasado organizó dos competiciones Francia en las que ya metió a bastante gente porque la esgrima está valorada. También estaba lleno.
Dos días después de la medalla llegó la espada, ¿cómo se encontró?
Mi brazo ya no aguantó. El día que terminó el florete, ya no me notaba bien. Pero me dejé todo en la pista, el brazo, la cabeza, la voz… Me gustaría haber llegado más adelante, pero el brazo ya no estaba para ello. Y creo que la cabeza, tampoco. Las rivales hicieron mejor esgrima y estaban menor a nivel físico. Aún así, estoy contenta porque pasé la primera ronda y en la repesca iba ganando, pero me remontaron porque no pude aguantar.
Comenta lo del brazo porque lleva unas cuantas operaciones en él.
Sí, sí. Iba bien preparada a nivel físico, pero las lesiones crónicas que tengo, las sé. Estoy acostumbrada a tirar muchos asaltos, incluso más que los que hice el día de la medalla, pero con la tensión que hay, las articulaciones sufren a un nivel superior. Los fisios intentaron recuperarme, pero no tenía el brazo al nivel que quería.
Termina una etapa deportiva, ¿cómo lo valora?
La época fue muy buena. Descansaré dos o tres semanas antes de volver a la carga. Pronto hay una Copa del Mundo en Italia y, la verdad, yo ya tengo ganas de ir y competir. Como me vi con buenas sensaciones, me apetece seguir y seguir.
Manuel Mariño, entrenador de Judith Rodríguez, admitió que “unos Juegos Paralímpicos es algo espectacular. Parcipar en el Grand Palais con Judith es todavía más increíble. El escenario era admirable. He viajado mucho, a muchos eventos, pero nunca estuve en un lugar así ni con ese ambiente”. El preparador añadió que “siempre estás pendiente del deportista, pero en cuanto sacas algo la foto de la pista, que es poco, piensas: qué sitio más impresionante”.
En lo puramente competitivo, Mariño expresó que “ella compitió muy bien. Llevábamos todo muy trabajado. El asalto más brillante fue el del bronce, pero creo que el más difícil fueron los cuartos de final ante la italiana. Sabía que nos iba a caer y que era muy problemático. Ahí dio el paso definitivo. Incluso el duelo que perdió, ante la china, estuvo muy cerca de ganarlo. No sé si decir que fue su mejor competición, pero la de más éxito, sin duda”. El Esgrima El Olivo y su maestro avanzan de forma paralela en el conocimiento de la esgrima en silla. Así, la medalla de Judith también es el mayor éxito en la historia de la entidad.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Balonmano | Liga Asobal
Por unas felices fiestas
Balonmano | División Oro
El Carballal busca en casa la tercera victoria de la temporada