Mingueza y el largo trecho del dicho al hecho

La negociación para renovar al catalán apenas ha pasado del deseo inicial, con el jugador como baza céltica

Óscar Mingueza ha mostrado su deseo de seguir en Vigo tras el próximo verano.
Óscar Mingueza ha mostrado su deseo de seguir en Vigo tras el próximo verano. | Vicente Alonso

No hay duda de que el deseo del Celta es que Óscar Mingueza siga en Vigo más allá del próximo mes de junio. Es público. Y no hay por qué dudar de que cuando el mentado jugador ha comentado que su deseo es quedarse ha dicho la verdad. Con todo, el tramo a recorrer entre el deseo y el hecho está iniciado pero poco más y no se espera una resolución rápida de una negociación apenas perfilada.

De los siete futbolistas de la actual plantilla que terminan contrato esta temporada, Mingueza y Marcos Alonso forman el dúo que el Celta ha querido renovar y, hasta la fecha, no ha podido. La buena disposición mostrada por el canterano del Barcelona y su innegable buena relación con el técnico celeste, Claudio Giráldez, son las mejores bazas para Marco Garcés, director de fútbol, a la hora de sentarse a hablar en serio con los representantes del internacional, circunstancia que todavía no se ha producido. Con todo, no es la primera vez que el mexicano apuesta por entrar directamente por la vía del futbolista y no tanto por la de sus agentes. Y la apuesta apunta a repetirse.

Porque se trata de una operación compleja. Ya no sólo por la valía del futbolista, una de las piezas clave del equipo y con opciones todavía de acudir al próximo Mundial con la selección española, sino también por la presencia como tercer actor del Barcelona, quien todavía posee el 50% de los derechos en caso de venta. Por lo tanto, se requiere de una ingeniería contractual avanzada que todavía no tiene más cimientos que el deseo. Que no es poco y, de hecho, es imprescindible. Pero no es suficiente.

Marco Garcés ya mostró su habilidad para jugar la carta del futbolista antes que la de los agentes

Cada vez que habla, que es en escasas ocasiones al no estar concediendo entrevistas, Mingueza confirma que es feliz en Vigo y en el Celta. Y de forma periódica, suenan cantos de sierena, preferiblemente desde Inglaterra, que nunca se han concretado en una apuesta lo suficientemente fuerte como para concencer en Príncipe, teniendo en cuenta que la mitad de la ganancia se irá a Barcelona.

Sobre el papel, el defensor catalán es una de las piezas que pueden resultar apetecibles en el presente mercado. El deseo mostrado por el Celta y por él de seguir juntos y negociar debe impedir cualquier susto invernal. Pero lo malo es que nada está concretado. Pasar del dicho al hecho no es sencillo. Hay que calcular el momento.

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