El Celta B empata con el líder

Charles Darwin sentó las bases de la teoría de la evolución en 'El origen de las especies'. Básicamente y para no extender más esta explicación que la propia crónica futbolística, el naturalista británico expuso que con el paso de las generaciones, los animales introducían modificaciones genéticas a su descendencia para adaptarse mejor al medio. La selección natural. Un proceso a través de miles de años, que el Celta B ha experimentado en unos meses. Ayer, dio un paso más en su progresión con un excelente partido y un empate que pudo ser algo más frente al mejor equipo del grupo 1.

De hecho, en cuanto a escala evolutiva, poco más le queda por crecer a un Burgos que certificó en Balaídos su presencia en el play-off a falta de tres partidos. Algo saben de evolución en esa provincia. A poco más de 20 kilómetros de la ciudad castellana se encuentra el yacimiento de Atapuerca, ejemplo palpable de la teoría de Darwin, con hasta cinco especies de homínidos. Desde una sin identificar de hace 1,2 millones de años hasta el 'Homo sapiens' actual, pasando por los 'antecessor', 'heiderbergensis' y neanderthales. El filial céltico acortó ese largo camino para alcanzar ayer su máximo nivel. Al menos en casa.

Incluso dentro del mismo partido, el equipo celeste supo crecer. Primero, sobreponiéndose al gol tempranero de Alarcón tras una acción diferencial de Berjón. Porque sin variar su sacrosanto 1-4-4-2, Onésimo ha añadido matices. Solís y Gabri Veiga atraían rivales y creaban superioridades por dentro para dar la pelota en ventaja por fuera a Pampín y, sobre todo, a Carreira.

Así empezó a darle la vuelta a la tortilla el Celta B. Evolución en directo. Holsgrove, Soni y Gabri Veiga avisaron antes de que el centrocampista porriñés fuera derribado con inocencia por Elgezabal dentro del área. Penalti. Tras una votación parlamentaria, Manu Justo asumió la responsabilidad. Y no falló.

La primera parte concluyó con el filial inclinando el campo a su favor, pero con una sensación permanente de peligro cada vez que el Burgos atravesaba la divisoria. Una tónica que se mantuvo en la segunda parte. Berjón rondó el gol con una falta venenosa y el Celta B respondió con la profundidad de Carreira. Hermoso duelo. El lateral vigués lo intentó una y otra vez. Solo faltó un rematador para sus centros.

Con los cambios, el partido se abrió. La evolución celeste llevó a los de Onésimo a ir de frente contra el superpredador del grupo 1. Y el equipo de Julián Calero sacó las uñas, con varias entradas de notable dureza para marcar el territorio y con un poderío intimidatorio en transición. Álvaro Fernández, que suplía a Sequeira, aguantó el tipo. Desbarató tres acciones, dos de ellas a bocajarro ante Berjón y Guillermo, ésta en el último suspiro. Barovero, viejo anhelo de Berizzo para su Celta, jugó finalmente en Balaídos. Y respondió en la otra portería con una gran mano a Holsgrove previa al pitido final. El centro, como no, de Carreira. Ambos protagonistas se habían aliado 10 minutos antes. Entonces, el escocés superó al meta argentino, pero la zaga visitante repelió bajo los palos. Fue la mejor ocasión, junto a una internada de Losada que Solís no acertó a meter. Finalmente, un empate que permite al Celta B mantener vivo su sueño del play-off y que ejemplifica en un curso intensivo la teoría de la evolución de Charles Darwin. n