Apenas 13 días de mercado y el Celta sigue con excedente de jugadores
El Celta y los seis descartes intercambian gestos de presión en la recta final del verano
Menos de dos semanas, apenas 13 días, para que el mercado se cierre. Y el Celta sigue teniendo un excedente de jugadores que obliga a circunstancias como la vivida el pasado viernes, cuando cinco integrantes de la primera plantilla se quedaron fuera por decisión técnica. Una situación no agradable en el corto plazo y que puede ocasionar fricciones en el medio y en el largo. Por el momento, la convivencia no se ha visto afectada de manera trascendente merced a la actitud de los habituales descartes, alabada públicamente por el entrenador, Claudio Giráldez, ante del arranque liguero. Y en la foto de celebración de la primera victoria, casi no faltó nadie.
Tras la elección del cuerpo técnico de sus 22 jugadores preferenciales, hay seis que están sometidos estos días a la presión de los últimos días del mercado. Por un lado, el Celta reitera, cada vez que tiene oportunidad, que es mejor para ellos buscar otro destino visto que no van a contar como opción para el entrenador. Por el otro, los futbolistas valoran el contrato que tienen firmado y lo que ofrece una ventana de transferencias y cesiones que está pendiente del estallido final, esos movimientos que acaban por detrabar varias operaciones a la vez.
Sucede, por ejemplo, con Kevin Vázquez. El canterano sabe desde el inicio de pretemporada que Giráldez no le encuentra sitio en su sistema y trata de seguir aportando en el día a día pese a estar apartado de la competición todo el verano, sin que su condición de canterano y capitán lo haya impedido. El nombre del nigranés figura en las direcciones deportivas de equipos de Primera y Segunda División que buscan lateral derecho. La posibilidad del extranjero es más complicada, porque tendría que convencer a todas las partes. En el horizonte, la posibilidad de una rescisión amigable, que deje capacidad de buscar destino al canterano, al que le resta un año de contrato.
A Franco Cervi, a sus 30 años, todavía le restan dos campañas de relación con el Celta. El jugador nunca se cerró en banda a una salida, aunque su participación en los partidos de pretemporada hasta el último con el West Ham pareció abrirle las puertas de la continuidad en Vigo. Pero, en su caso, lo que le abre la puerta la salida y lo que, a la vez, lo dificulta es su ficha. En la recta final de mercado, la preferencia del argentino sigue siendo quedarse en Europa todavía, pero no es una condición inamovible. Depende del destino.
El otro argentino de la plantilla, Tadeo Allende, también está pendiente de estos últimos días de mercado. Hace semanas que se le busca un destino en calidad de cedido, ya que apenas lleva siete meses en Vigo y tiene contrato hasta 2028. Pero, de momento, no hay ninguna operación tan avanzada como para prever una resolución rápida. Cierto que aún restan días y que el atacante ex de Godoy Cruz, al que Giráldez ve como delantero y le cuesta más verlo en otra posición- tiene su público.
Tal vez el caso más llamativo de todos sea el de Unai Núñez, porque precisamente su compra definitiva ha supuesto el único desembolso del Celta en concepto de traspaso este verano. Pero el vasco, que tiene firmado ahora hasta 2027, salió perjudicado en el ‘casting’ de centrales y el club le está intentando buscar destino a base de ofrecerlo a varios equipos, aunque su entorno insiste en que la idea central es quedarse en Vigo para pelear por un puesto. Sólo una oferta de interés para el ex del Athletic cambiaría la situación para un jugador feliz en la ciudad.
Luca de la Torre, por su parte, está viviendo un verano un segundo plano. Su tardía incorporación tras la Copa América no ha ayudado, permitiéndole apenas 45 minutos de juego antes de aparecer en el grupo de descartados. De hecho, su ausencia ante el Alavés se podría achacar a la leve lesión de tobillo que lo achaca, como hizo el propio Giráldez. El mercado de la MLS estadounidense ya se cerró. La habitual discreción del centrocampista complica seguirlo.
Por último, Gonçalo Paciencia vino a Vigo este verano en busca de la rescisión y ahí sigue. El acuerdo se da por hecho. La cuestión es cuándo y por cuánto.
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