Panorama orwelliano

En un país democrático normal, con todos los escándalos que día sí, día también están salpicando (por no decir, encharcando) al presidente del gobierno, ya habría dimitido el gobierno en bloque. Sucede que, estamos en España, y Sánchez se está atornillando en el sillón del poder y le está cogiendo tanto gustillo, que ni se le pasa por la cabeza irse más que con los pies por delante. (Caso de que piense que algún día se morirá, porque lo mismo piensa que no).

Y así será, porque esto se está pareciendo cada vez más a esos tiranos que llegaron al gobierno con todo tipo de artimañas más o menos decentes y luego se quedaron para siempre, y ya no tan decentemente.

Que si un decretito para que no imputen a mi mujer por aquí, que si una información privilegiada que perjudica a la oposición por allá, que si una recusación de un juez que nos investiga por acullá, que si una amnistía para mantenerme en el poder y tantas y tantas operaciones y tejemanejes que cada vez estrangulan más las libertades de los ciudadanos y ensanchan más el poder del presidente.

Como esto siga así, acabaremos diciendo aquello de: “La guerra es paz, la libertad es esclavitud y la ignorancia es fortaleza”.

Panorama orwelliano donde los haya.