La avaricia desbocada corrompe y destruye las democracias

Publicado: 08 mar 2023 - 20:00

Las democracias en América deberán plantearse una revisión urgente de sus obligaciones y deberes, para su normal funcionamiento y evitar en lo posible, asonadas militares. La separación y función de los poderes que las sustentan, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, son los garantes y guardianes para su sostenimiento en el tiempo. Es un deber indispensable de todos los ciudadanos y los políticos de todos los ciudadanos y los políticos acatar y respetar las leyes y controles que la misma pose para su legal funcionamiento. De todo ellos depende que los ciudadanos acepten y crean en su democracia, propulsora de libertad y progreso. Las dudas y desconfianzas son el fruto de la avaricia desmedida de algunos políticos, que con sus errores y soberbia solo alimenta la corrupción y destruyen las democracias. Parte del discurso magistral, en la toma de posesión de D. Rafael Caldera el 68, en Venezuela. El fue D. Arístides Calvani, QDP, era entones el presidente de la Democracia Cristiana de América. Tal vez sus palabras se las llevaría el viento, y su desaparición en un accidente de aviación, llevando ayuda al pueblo de Nicaragua, que vivió entonces un terrible terremoto el 72. Pero aquel aviso-recuerdo, sigue en la mente de todos los venezolanos, su honestidad y don de gente, son imborrables quienes lo conocimos y tratamos. No tenemos ninguna duda al respecto. Era un verdadero maestro y señor, conjuntamente con su esposa.

Viendo el desastre que se avecina en España hoy, cuantos recuerdos tristes vienen a mi memoria. De cómo se destruyó la democracia en Venezuela y el país más rico del mundo los actores de allá y de de aquí son idénticos y sus vicios y corruptelas una copia al carbón de lo que allí sucedió, que intentan trasladar a España hoy. Fue tal el despilfarro y abuso que los ciudadanos clamaban por el retorno del dictador, Marcos Pérez Jiménez, lo que Chávez prometió y nos engañó, lo que aprovecharía para viajar varias veces a Madrid, donde estaba exiliado y se entrevistase con el, prometiendo en campaña que devolvería el país, a los años de prosperidad y seguridad, de su época muchos se lo creyeron y votamos por el. Al día siguiente de ganar las elecciones y aprovechando la tragedia de Vargas el 99, le dio entrada libre a la ayuda cubana disfrazados de médicos, enfermeras y trabajadores sociales que terminarían adiestrando a las bandas de forajidos ya instaladas en el país. Seis millones de indocumentados que habían entrado irregularmente en Venezuela, ya tenían sus barrios tomados por asalto, donde se movían como pez en el agua, con la complicidad de todos los políticos fomentando y financiado aquel pestilente lodazal, fue de tal magnitud la descompensación social que los presidentes Adecos Socialista-Lusinchi y Carlos Andrés Pérez tenían amantes colombianas y mandaban en Miraflores. Aquella descomposición abarcó todos los parámetros del asombro moral y ético, y el país caminaba como un pollo sin cabeza. Así llegamos como manso rebaño al desastre y ruina actual de Venezuela.

Todo se corrompió y acabaron destruyendo a los dos grandes partidos, AD y COPEI, los que hicieron la transición democrática el 58. Cuarenta años después los mismos están desaparecidos. La gran mayoría de sus dirigentes brincaron la talanquera y se entregaron con cuerpo y alma al chavismo. Los pocos honestos que quedaron luchan solos contra la barbarie imperante, y el mundo democrático viendo para otro lado y haciendo el triste papel de don Tancredo o cuanto hay pa eso...

Hoy nuestros hijos volarán con el siglo. ¿Sabremos a dónde y para qué? Cuando el error está en las formas de votar, sobran las palabras, los hechos lo confirman. El desastre está asegurado y a la vuelta de la esquina. Ya lo decía D. Arturo Uslar Pietro en su programa de RCTV Amigos invisibles.

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