Vigueses se plantean cambiar de hábitos ante el precio del aceite

El aceite de oliva virgen se conocía como “oro líquido” por sus beneficios para la salud. La expresión se puede aplicar también ahora a su elevado coste, el doble que hace unos años y que lo está convirtiendo en un artículo de lujo para muchas familias. El aceite de oliva normal costaba menos de cuatro euros antes de la escalada de precios, cuando se consumía sin miramientos, y el virgen extra valía un poco más. Ahora es difícil encontrar una botella que baje de los 8 euros en el primer caso (varía según las marcas y los supermercados) y de los 10 o los 11 euros en el segundo.

El precio del aceite forma parte del debate habitual en la sociedad, es el producto de la cesta de la compra que más ha subido últimamente y hay muchas personas que reconocen que si esto sigue así se están planteando un cambio en sus hábitos alimenticios.

Muchos ya habían reducido su consumo hace unos años cuando se pusieron de moda las freidoras de aire y un porcentante importante de los consumidores ya fríen de forma habitual con aceite de girasol, que se mantiene a bajo precio. Para los que consumen aceite de oliva, ya se empieza a medir un poco más cuántos días pueden estirar una botella. Los ciudadanos consultados reconocen que las familias con menos recursos o con hijos son las que más lo notan y las que cambiarán antes sus hábitos. Otros comentan, medio en broma medio en serio, que terminarán friendo los chuletones con mantequilla, como los ingleses.

Las expectativas no son buenas. Al menos esto es lo que opinan los ciudadanos consultados. La gran mayoría cree que los precios van a seguir subiendo “por lo que dicen las noticias” y que, aunque el próximo año se consiga una mejor cosecha, será difícil volver a los valores que había antes de la escalada de precios. Algunos reconocen que han tenido la tentación de hacer acopio de aceite en casa por si se confirma que seguirá subiendo de precio. En realidad, algunos apuntan que esa compra masiva ya la habían hecho antes del verano pasado y al poco tiempo se encareció el aceite, con lo que “nos salió bien".

El sector del aceite atribuye la situación a la sequía, a una producción menor y costes más altos, y esperan lluvia para el inicio de la próxima campaña que comienza en octubre. Además, rechazan las acusaciones de la OCU sobre una supuesta especulación con los precios.