Dicen que las segundas oportunidades nunca funcionan, pero cuando se trata de la vida o la muerte, una prórroga es oro molido. Eso le pasó a Toco, un chihuahua que fue rescatado de un contenedor de basura a finales de enero cuando estaba malherido. Su héroe, Víctor Corrales, un vigués de 23 años, encontró al animal por “pura casualidad” dentro de una bolsa de basura, cubierto de jerseys y trapos sucios: “Fue todo muy rápido. Estaba buscando una riñonera que me olvidé en la zona de la Florida y me dio por buscar en los contenedores. Lo abrí y escuché un pequeño grito, pero no le di importancia y cerré la tapa. Pero eso me quedó ahí y regresé”. Abierto el contenedor por segunda vez, notó el respirar del can dentro de una bolsa de plástico y la abrió.
Ni cinco minutos pasaron entre el rescate del perro y su llegaba al hospital veterinario en Navia. La reacción de la veterinaria que los recibió fue de estupor: “Lo reconoció. Había estado ahí hace dos horas por un mordisco de un perro de grandes dimensiones y había que operarlo de urgencia, pero la intervención costaba 700 euros”. El dueño, al no querer hacer frente de ese desembolso, alegó que iba a levarlo a un amigo curandero pero, según Víctor, “debió ponerse nervioso por la situación y lo dejó en el contenedor”.
El héroe de Toco no se lo pensó dos veces. Decidió financiar la operación del can pese a que “700 euros es mucho gasto para mí. Pero me pareció más importante su vida que mi dinero”. Afortunadamente la posibilidad de pagar a plazos está haciendo más sencillo el desembolso.
Sin embargo, no será él quien se haga cargo de su custodia a largo plazo. Actualmente reside con su madrina y pelearán por su custodia porque “no tiene sentido que se vaya a una protectora si queremos que esté con nosotros”. A día de hoy el perro se encuentra en perfecto estado, recuperado de sus graves heridas y pasando controles veterinarios frecuentes.
