Profesionales del PAC de la calle Pizarro, las Urgencias extrahospitalarias, reclaman al Sergas la necesidad de contar con un servicio de seguridad privada que proteja a los trabajadores frente a los múltiples incidentes que se registran en el centro, desde agresiones físicas o verbales hasta robos o otros abusos.
Según explicaron, la dirección del área sanitaria atendió a sus demandas este verano, cuando contrató a un vigilante de seguridad que estuvo trabajando desde el día 1 de julio hasta el pasado 31 de agosto, pero este mes y sin más explicación se procedió a la suspensión de este servicio que ellos consideraban “imprescindible, dado el aumento de altercados en forma de robos a trabajadores, saqueo de taquillas y agresiones físicas y verbales que se venían repitiendo en el centro, con frecuencia prácticamente diaria", como pudieron demostrar en distintos partes.
El servicio que funcionó este verano no cubría el total de las horas de funcionamiento del PAC, que abre de tres de la tarde a ocho de la mañana y las 24 horas los fines de semana. La jornada de los vigilantes comenzaba a las diez de la noche entre semana y el fin de semana sí que era a jornada completa. Ahora se vuelven a sentir expuestos en un centro que es plenamente accesible para la población y apuntan que el hecho de que se hayan puesto cámaras de vigilancia no les da más seguridad porque “si viene alguien con un cuchillo no tienes nada que hacer”. Frente a esto, recuerdan que otros centros dependientes del Sergas de similares características como es el caso del PAC de A Coruña continúan disfrutando de este servicio, que “en Vigo se ha retirado sin ningún tipo de aviso ni de explicación por parte de la dirección del área”.
Los trabajadores subrayaron que “este momento, el PAC de Vigo, única referencia para la urgencia extrahospitalaria en horario nocturno y durante el fin de semana para una población que supera los 300.000 habitantes, queda una vez más y por decisión unilateral, desprotegido y a merced de los robos, allanamientos, abusos, saqueos y agresiones que ya sufríamos desde antes de la implantación del servicio de seguridad privada”.
Los trabajadores aseguran que se sienten desprotegidos y que tienen miedo.
Desde el Sergas les respondieron que tienen que volver a aportar partes diarios de las incidencias que se produzcan para valorar la pertinencia del servicio. “Ya lo habíamos hecho y ahora nos lo piden de nuevo”. Según señalaron, “todo el mundo entiende que en las Urgencias del hospital haya guardias de seguridad o incluso en las obras de la Ciudad de la Justicia y aquí no lo ven”.
Los trabajadores relatan que han sufrido insultos, agresiones y robos, incluido uno de madrugada en las taquillas del personal. A una sanitaria le robaron dos veces el móvil este año, un usuario amenazó con un cuchillo al médico para que le recetase morfina, otras veces se llevan los talonarios de recetas, entre otros muchos incidentes.
