Repunta en Vigo la adicción a los ansiolíticos con y sin receta

La entidad lleva años realizando un trabajo de prevención en colaboración con ayuntamientos, diputaciones y con la Xunta. Es uno de sus ejes, además de acompañar, asesorar, orientar y ayudar a los que quieren rehabilitarse.
photo_camera La entidad lleva años realizando un trabajo de prevención en colaboración con ayuntamientos, diputaciones y con la Xunta. Es uno de sus ejes, además de acompañar, asesorar, orientar y ayudar a los que quieren rehabilitarse.
Érguete atendió el año pasado a 800 usuarios, de los que 300 iban por primera vez y no tenían antecedentes con las drogas. Alcohol y cannabis son las principales sustancias

Tras el paréntesis de la pandemia, regresó con fuerza la venta y consumo de drogas. Lo notan los centros que se ocupan del tratamiento de estas adicciones como Érguete. El año pasado atendieron a 800 personas, entre ellas a casi 300 que no tenían antecedentes de drogodependencia y que acudían por primera vez al servicio. Es un dato significativo.

Las preferencias en el consumo no han variado, el alcohol y el cannabis se mantienen en la primera posición, seguidos de la cocaína. 

Sin embargo, desde Érguete destacan una novedad. En los últimos años, especialmente después de la pandemia, notaron un repunte significativo en el consumo de todo el espectro de las benzodiazepinas, como los ansiolíticos, antidepresivos, antipsicóticos, pastillas para dormir, entre otros. Son personas que los toman con o sin prescripción médica y que terminan enganchándose. Algunos utilizan estos barbitúricos para mezclarlos con alcohol y conseguir el efecto deseado.

En este centro no han tenido ningún caso del fentanilo, un opiáceo sintético que causa estragos en Estados Unidos, ni tampoco de la llamada cocaína rosa que parece estar de moda. “No significa que no haya que estar atentos, en un mundo globalizado puede suceder”, explica David Martínez, coordinador del servicio jurídico de la asociación.

Hay más consumo y hay más venta en la calle y en narcopisos. Van unidos. En fecha reciente, la Policía desmanteló un narcopiso en la zona de O Calvario.

El porro, más potente

Otro de los cambios que preocupa en las entidades que trabajan con adicciones tiene que ver con el cannabis (hachis y marihuana). Un porro de hoy en día equivale a cinco porros de hace unos años, porque ahora la concentración de su principio psicoactivo (el THC) es mayor. La manipulación genética de las plantas aumentó la concentración de esta sustancia.

David Martínez señala que esto, unido al hecho de que la edad de inicio del consumo ha descendido, añade un nuevo factor de peligro.

Los últimos estudios del Plan Nacional de Drogas indica que el primer contacto con el alcohol y los opiáceos se produce a los 13 o 14 años, una edad en la que el impacto en la salud física y mental es mayor.

La mayoría de los que acuden a Érguete son hombres. De los 800 usuarios atendidos, unos 640 eran hombres y el resto mujeres.

¿Cuándo se sabe que pasan la línea roja? “La palabra clave sería cambio. La sustancia se convierte en el centro de tu vida, priorizas el consumo a tus a otras obligaciones. Necesito consumir y si no lo hago, no estoy bien”.

“Engancharse es una esclavitud, las drogas deciden tu vida”

Érguete lleva años ofreciendo charlas formativas a los escolares de toda la comaca con argumentos adaptados a todas las edades y también a familias, educadores y tejido social. Les explican los peligros del consumo y el riesgo de generar una adicción. “Tienen que saber que esa sustancia se convierte en una esclavitud que va a determinar su cuerpo, su cabeza y sus relaciones sociales, familiares y también laborales en el futuro. Es un argumento más que suficiente para por lo menos para pensarlo, es un infierno y un riesgo tan grande que no merece la pena”, afirma David Martínez. “Prevención es sinónimo de protección”, subraya. En su opinión, sería positivo incluir una asignatura relacionada con la salud en los centros educativos.

En cuanto al tratamiento, la entidad tiene sus puertas abiertas para todo el que quiera dejar atrás el mundo de las drogas. A veces acude la familia o los amigos, porque es necesario motivar a la persona para que sepa que tiene un problema y esté en disposición de solucionarlo.

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