El director titular, Baldur Brönnimann y la directora técnica, Sabela García, se reunieron con abonados y espectadores habituales
“Queremos fomentar el ejercicio de escucha, abrir un espacio para el encuentro con el público y el intercambio de pareceres”. Así definió Sabela García, directora técnica de la Real Filharmonía de Galicia, el encuentro que ayer mantuvieron con abonados y aficionados a sus repertorios.
La pelota comenzó en el tejado de la orquesta. García y el director titular, Baldur Brönnimann, tomaron la iniciativa y lanzaron unas preguntas al aire. “Sobre todo nos interesa hilar las valoraciones de los espectadores, queremos saber lo que piensan, lo que les interesa y las propuestas que tienen”.
La iniciativa, que se estrenó en Santiago, se celebró por primera vez en Vigo, guardando para los participantes los temas que se pusieron encima de la mesa. La orquesta logró romper la cuarta pared, algo poco habitual en un género escénico con escasa interrelación con el receptor. “El público está en el patio de butacas y la única comunicación directa sería el aplauso, queremos ir más allá”, apuntó García.
Desde la Real Filharmonía también comentaron las líneas conceptuales de su actual programación, ya presentada a principio de temporada. Abordan el tema de la migración a través de la música y cómo el sentimiento de distancia está presente tanto en la composición como en la interpretación, coincidiendo además, con que varios de sus músicos y autores son emigrantes.
Uno de los aspectos defienden desde la orquesta es la atención especial a los compositores contemporáneos, habituales en los repertorios de sus conciertos, combinando sus obras con las patrimoniales, así como dar espacio a nuevos músicos y a solitas gallegos. Para la directora técnica de la Real Filharmonía, “hay profesionales de gran calidad en esta tierra”.
