El “deterioro” de las condiciones laborales, unido a que “la Consellería de Sanidade da largas a los acuerdos” y el hecho de que en otras comunidades autónomas se estén logrando avances como la jornada de 35 horas semanales, el aumento del precio de la hora de guardia o la reforma del complemento específico animó a muchos facultativos a secundar ayer la huelga.
Explican que diez comunidades autónomas aplican ya la jornada de 35 horas semanales, mientras en Galicia es de 37,5 horas; solo Galicia, Asturias y Navarra niegan el complemento específico a médicos que compatibilizan el trabajo en la pública y la priava; y la hora de guardia en Galicia no llega a los 26 euros mientras en comunidades como Baleares es de 39 euros. “En apenas 12 años los médicos gallegos pasaron de estar entre los mejor remunerados de España a estar en la cola”, subrayan. Hablan también de la necesidad de descansar y de contar con agendas asumibles para atender correctamente a los pacientes.
Según el delegado de CESM, Enrique Fernández Carrera, “no es de recibo que un facultativo trabaje 17 horas seguidas según tenga la guardia. No me gustaría estar en un autobús donde el conductor lleve 17 horas conduciendo”. En esta línea lamentan que hay profesionales de baja porque están quemados y “esto es difícil de recuperar”. Un estudio reciente indica que dos de cada cinco profesionales sanitarios tienen el síndrome de “burnout”. Apuntan también que quieren recuperar los tres días de libre disposición que se recortaron tras la crisis de 2008, entre otras mejoras tanto para Primaria como para la atención hospitalaria que incluyen asimismo a los médicos residentes.
La Xunta dijo que “sigue apostando por el diálogo y el consenso con todos los actores implicados en el fortalecimiento de la sanidad pública gallega”, y destacó que se cumplieron los servicios mínimos. Estos días, el Sergas dijo que parte de las propuestas de CESM se negociaron en la mesa sectorial.
“Queremos librar las guardias y descansar"
Los médicos residentes Andrea (Cardiología), Miguel (Traumatología) e Iria (Anestesia) valoran que las reivindicaciones tengan en cuenta a los residentes y aseguran que las peticiones son “bastante justas”. En realidad, subrayan que algunas de las cosas que se piden ya están legisladas pero no se cumplen en muchos hospitales, como librar las guardias y tener las suficientes horas de descanso. “Sabemos que las condiciones se han ido deteriorando con el paso de los años, por ejemplo las prolongaciones de jornada se pagan menos que hace años. Estamos perdiendo poder adquisitivo. Nos formamos durante muchos años para tener un puesto digno, pero luego nos encontramos cosas que no están bien, como los contratos o las horas de guardia, o cosas como cobrar el sábado a partir de las tres cuando trabajan todo el día o que un domingo no se pague como festivo”, señalan.
“La sobrecarga está por encima de lo asumible"
Susana López (Anestesia) asegura que “no tenemos ningún día en nuestra vida laboral en el que no estemos luchando contra una sobrecarga por encima de nuestras posibilidades. Tenemos guardias de 24 horas en las que tenemos que comer bocadillos y hacer turnos entre nosotros para que alguien pueda descansar un rato. Es una situación que casi roza los límites de la Edad Media. Siempre nos dan una media de vuelta de tuerca más, estamos asfixiados y eso tiene consecuencias son para los pacientes, para sus familias y para la sanidad que sufre un deterioro. No podemos más”. Lucía (Digestivo) dice que “hay cosas importantes como la jornada de 35 horas que se perdieron con la crisis”, reclama el complemento específico porque “a igual trabajo igual salario” y libranza tras una guardia de 24 horas porque hacer una jornada normal al día siguiente repercute en los pacientes. Intentamos recuperar derechos básicos".
“El deterioro se aceleró tras la pandemia"
“Nos trajo hasta aquí el enfado de tantos años de deterioro en la atención al paciente. Tenemos consultas sobresaturadas, contratan a compañeros con contratos más precarios, la movilidad entre hospitales impide la organización del servicio, no tenemos los descansos que se necesitan. Los motivos se acumulan sobre todo después de la pandemia. En Asturias consiguieron sentarse a negociar con la amenaza de huelga”.
“Es insostenible, espero que nos escuchen"
Jon Rodiño también habla del “deterioro de los últimos años de nuestro trabajo y de la la sanidad publica en general”. Reconce que hay “un malestar general, sobre todo por la sobrecarga de trabajo, por la contratación precaria de los nuevos profesionales y por los descansos de guardias y jornadas intensas”, apunta. Señala que consultas diarias con 35 o 40 pacientes no son asumibles. "Espero que nos escuchen y que mejore la situación porque así es insostenible".
