Fuentes sindicales advierten de la necesidad de esta conexión a Barcelona y Bilbao, aunque su puesta en marcha deberá esperar
El tren nocturno cumple cuatro años sin funcionamiento en Vigo. Una conexión utilizada para largos trayectos que, tras la pandemia, fueron suprimidos. Fuentes sindicales exigen el retorno de este servicio en, al menos, dos de las tres conexiones que se realizaban: una a Barcelona y otra a Bilbao/Hendaya. La tercera de ellas, con destino Madrid, no urge debido a la cercanía de los trenes Avril, aunque el enésimo retraso informado por el ministerio de Transportes deja en incógnita la fecha exacta para su llegada a Vigo.
Esta anulación permitía a los usuarios acceder a unas literas para poder descansar y dormir, realizando el trayecto más cómodo y la posibilidad de encontrarse en el destino por la mañana. El cambio de ministro hace un año no cambió en nada la petición: fue rechazada antes y lo seguirá siendo ahora. Renfe ya ha sido informada de la solicitud, pero sin recibir respuesta.
La cancelación vino dada por su nula rentabilidad económica que arrojaba, algo muy diferente a otros países de Europa, donde se destila más esta forma de desplazarse. De hecho, desde Renfe se plantea suprimir definitivamente y “sine día” los servicios nocturnos, algo que los sindicatos consideran una aberración. La única alternativa: que sean considerados OPS (Obligación de Servicio Público) y que sea subvencionado para garantizar su viabilidad. Una decisión que va a la contra de toda Europa, que está realizando una labor de impulso de esa movilidad de transporte en una firme apuesta por la movilidad sostenible (estudios indican que el tren contamina hasta 7 veces menos que un vehículo particular).
Sin embargo, por mucha petición desde los sindicatos, la ruta no podrá estar operativa a corto plazo. Las obras entre Ourense y Monforte de Lemos para la modernización de la vía y reelectrificación se extenderán hasta el mes de abril cuando su finalización estaba fijada en noviembre de 2023. Esa obra reduciría tiempo en todas las conexiones que transcurren por ese tramo, y ayudaría a acortar el tiempo que transcurre en la frecuencia entre Vigo y Barcelona (el tren nocturno realizaba el recorrido en 15 horas y 21 minutos). La puesta en marcha del tren de noche actualmente obligaría a los pasajeros a realizar en mitad de la noche un transbordo por carretera entre las dos ciudades ourensanas, con el conflicto que eso causaría a los viajeros.
