Peritos descartan obtener datos del móvil de Déborah sin la SIM

Los expertos de Lazarus Technology regresaron ayer a los juzgados de Vigo.
photo_camera Los expertos de Lazarus Technology regresaron ayer a los juzgados de Vigo.
La desaparición de la tarjeta del teléfono de la joven hallado tras unas obras en la Comisaría de Canillas en 2022 impide saber sus movimientos antes del crimen

Las pruebas realizadas por los peritos informáticos de Lazarus Technology con tres prototipos similares al Nokia 3310 de Déborah Fernández, la joven viguesa hallada muerta en 2002, no han dado sus frutos.  

 

 

El móvil, que fue recogido de la vivienda de la víctima por dos policías en 2006, apareció de forma casual el año pasado durante unas obras en la Comisaría de Canillas, en Madrid, junto a otros efectos del caso. Este sorprendente hallazgo abría una nueva posibilidad de obtener datos claves en la investigación. Sin embargo, las esperanzas se redujeron al mínimo al comprobar que el teléfono carecía de tarjeta SIM. 

Pese a que este hecho suponía una enorme dificultad, los expertos de la citada empresa, que han colaborado con las fuerzas de Seguridad en innumerables investigaciones, se pusieron manos a la obra para tratar de encontrar una forma de recuperar información sin riesgos. Ayer, Manuel Huertas, de Lazarus, explicaba en Vigo que  sin tarjeta SIM las posibilidades son prácticamente nulas. “El teléfono no va a devolver la información porque se trata de un modelo de hace más de veinte cuyos datos se almacenaban en la tarjeta”.

Estos peritos hicieron sus análisis con prototipos llegados de lugares como Azerbaiyán o Singapur, ya que el auténtico está todavía en manos de la Policía y pendiente del volcado, en el que estarán presentes.  

Según aseguró, “no se va a conseguir obtener ni el registro de llamadas, los contactos o la geolocalización”, datos que podrían desvelar los últimos movimientos de Déborah antes de su desparición y muerte. Esa información se ha quedado en la tarjeta cuyo paradero es desconocido. Algo que también extrañó a Huertas y que es un obstáculo más en una investigación, donde la sospecha de una mano negra empieza a ser irremediable. “Todavía quedan pruebas por hacer pero seguramente no merecerá la pena”, lamentó.

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