La actividad del Seprona no ha parado de crecer en la provincia. El año pasado realizaron 2.125 intervenciones, con 39 investigados y 3 detenidos. El aumento de las denuncias por maltrato animal y las campañas llevadas a cabo en la preservación del medio ambiente, la lucha contra los incendios o las investigaciones derivadas de actividades como la cinegética, sanidad animal o control de las especies exóticas hacen que la actividad de estos equipos sea incesante.
Una de las áreas con un mayor incremento ha sido el maltrato animal, tanto en las infracciones, con 453 casos el año pasado, 24 delitos con 12 investigados y 97 infracciones por la tenencia de perros potencialmente peligrosos (PPP). Esto supone en el total más de un 27% de todas las intervenciones. Las actuaciones pueden ser, como explica el teniente Álvaro Lusquiños, delitos, como son los casos de abandono o situaciones en las que se ponga en peligro la integridad del animal. En este apartado, en el 2020 hubo 16 actuaciones con 4 investigados y 15 casos y 3 presuntos implicados del 2019. Sin embargo, en el 2018 hubo 28 intervenciones con 9 investigados y en el anterior llegaron a 31 con 20 detenidos. “Este tipo de delitos más graves han disminuido algo”, explica.
En Galicia hay en la actualidad 15 razas de perros PPP. La legislación nacional estipula que son 8 y deja en manos de los gobiernos autonómicos elevar ese número. Las infracciones relacionadas con la tenencia de un PPP han disminuido en el último lustro, pasando de las 256 infracciones del año 2017 a las 97 del pasado ejercicio, según recogen las estadísticas del Seprona. Los hechos más graves tuvieron lugar en Covelo y Porriño. En el primero, una mujer fue atacada en el 2017 perdiendo las dos piernas.
El otro fue el de una niña de dos años. Pese a todo, la mayoría de las intervenciones son asuntos de menor importancia. Y es que la tenencia de un PPP obliga a llevarles siempre atados y con bozal, tener licencia para su tenencia, no pueden pasearlos menores de edad ni se puede ir con dos perros al mismo tiempo, aunque el otro sea un toy inofensivo.
"Es difícil demostrar denuncias de perros que viven atados"
En las infracciones administrativas la tendencia ha sido un aumento considerable de las mismas. El año pasado llegaron a 453, mientras que en el 2020 fueron 394 y en el 2019 un total de 420. Esta tendencia se puede comprobar también en el 2019 en que se contabilizaron 393 intervenciones, un centenar más que el año anterior y casi 15 más que en el 2016. Estas infracciones incluyen casos como que el perro o gato no tenga chip, estén sueltos o en malas condiciones. En este mismo apartado entran los casos de los perros atados 24 horas, una situación que según reconocen “siempre es difícil de demostrar”. Recientemente, el Seprona cerró un operativo en Tui donde se desarticuló un grupo dedicado a la venta de perros por internet. La denuncia se produjo porque los animales morían a los pocos días de llegar a su destino. La investigación permitió descubrir que los cachorros estaban enfermos y sin desparasitar. Fueron acusados de un delito por omisión.
