Comisariada por el hijo del artista y por el director del museo, la exposición muestra cien obras desde los años 60 hasta 2007, destacando la etapa de plenitud, cuando se cumplen 16 años de su fallecimiento
“Estoy feliz, casi emocionado. Intentaré no llorar”. Con este estado de ánimo, Marcos Giralt Torrente compareció en la inauguración de la exposición dedicada a su padre, Juan Giralt, en el Museo de Arte Contemporánea (Marco). Comisariada por Miguel Fernández Cid, director del museo, y él mismo, muestra cien obras de toda la trayectoria del artista madrileño, fallecido en 2007. Presta especial atención a su etapa de madurez que coincide con los últimos 20 años de vida. “A un artista hay que distinguirlo en su etapa de plenitud”, afirma Giralt. Escritor, nieto de Torrente Ballester, asegura de su progenitor que “le horrorizaba la solemnidad, huía de ella también en la pintura”.
A partir de la década de los ochenta buscó conciliar los extremos pictóricos entre los que se movió en sus comienzos y concentrarlos en el mismo espacio. Esa fusión caracterizó su mejor época, a la que pertenecen las obras de las salas principales. Abstracción, figuración, superposición, collage y mucho color conforman una propuesta expositiva con piezas de mediano y gran formato.
En declaraciones a Atlántico TV, Marcos Giralt explicó cómo su padre fue un hombre entre generaciones: la del informalismo de los 50, de la que toma el legado en sus primeros años y con la que pronto rompe; la del expresionismo post CoBrA, transitando entre la figuración del Pop Art en los 60, para llegar a la nueva figuración madrileña en los 70 y sumirse en un periodo de intensa investigación a partir de los 80. “Siempre estuvo muy implicado con el arte de su tiempo, pero al mismo tiempo se anticipó a su generación pictórica”. En 2015 el Reina Sofía le dedicó una muestra antológica a Carlos Giralt. “Fue maravillosa, pero la de Vigo es más completa. Entonces nos centramos en exponer sus obras más significativas, aquí hacemos una lectura más amplia”, indica.
Hay un segundo espacio, las salas de la galería, que acoge una selección de las primeras pinturas, a partir de 1965, a modo de anexo. “Es una exposición pasarela que recorre su trayectoria por las décadas de los 60, 70 y 80, donde el artista debate y lucha con los cuadros en su búsqueda frente al dominio de los recursos que se aprecia en la última época, donde Giralt lo pasa bien con lo que hace”, apuntó Fernández Cid en la inauguración de ayer.
La exposición irá acompañada por la publicación de un catálogo. “El modelo que querríamos aplicar a otros artistas gallegos”, señaló el director del museo y añadió que “un autor es clásico cuando hay referencias suyas en generaciones posteriores; en este catálogo otros artistas hablas de la obra de Giralt aportando una mirada diferente”.
La exposición permanecerá en Vigo hasta el 25 de febrero. Habrá programación para escolares, talleres infantiles y visitas guiadas. También se incluirá en las rutas interactivas de la App Vigo.