Indignación por el cierre judicial del caso Déborah: “Es un fracaso”
Caso sin resolver
Expertos que colaboraron en la causa inciden en las negligencias e impedimentos para esclarecer el crimen, mientras las amigas de la joven muestran su apoyo a la familia
El cierre judicial de la investigación sobre la desaparición y muerte de Déborah Fernández, pese a ser esperado y solicitado por la familia, ha generado reacciones de rabia, frustración y dolor entre las personas vinculadas de un modo u otro con el caso. El Juzgado de Instrucción 2 de Tui notificaba el viernes el auto de archivo provisional por falta de “indicios contundentes” contra el exnovio, en otro nuevo carpetazo a este crimen sin resolver desde hace 22 años.
“Es uno de los casos que más rabia, indignación y vergüenza me producen porque nuestro sistema ha fallado estrepitosamente”, asegura el expolicía, investigador y perfilador criminal Óscar Tarruella. Él fue uno de los expertos que colaboró con un informe para el equipo legal de la familia de Déborah. Incide en que durante la investigación hubo claras negligencias e incluso actuaciones que podrían ser presuntos delitos. “No tengo palabras, es una gran tristeza que haya terminado así y no sé que va a pasar a partir de ahora”.
La abogada y criminóloga Carmen Balfagón, del despacho Balfagón y Chippirrás, que también ayudó en el caso, coincide en señalar que el archivo sin culpables es “lamentable y doloroso”, un fracaso. Desde su punto de vista, lo que ha ocurrido con el crimen de Déborah, que por desgracia no es el único sin respuesta en España, “debería servir para replantearse en este país de una vez por todas la prescripción en delitos de sangre”.
Afirma que “el hecho de que se cierre de esta forma es un mazazo para todos los que confiábamos en que se haría justicia con Déborah” e incide en que “la investigación fue pésima y durante el proceso se ha puesto de manifiesto la falta de interés por resolver este caso”. Añade que el archivo “es un desaliento para todos los que creemos en la Justicia porque se ha cerrado antes de agotar todas las vías de investigación”.
Al lado de la familia se encuentran las amigas de Déborah. Adela, Belén, Carmen, Carolina, Marta, Nuria, Olalla y Verona suscriben las mismas palabras: “Vamos a seguir apoyando y admirando a la familia por todo lo que ha luchado para que se supiera la verdad. Gracias a ellos pudimos volver a tener esperanzas de que se hiciera Justicia”.
Ellas ahora confían en que “esto al menos sirva al servicio de la Policía y al sistema judicial a pararse y plantearse por qué han fallado y cómo pueden mejorar, para que otras familias y amigos no tengan que pasar por lo que hemos pasado nosotras durante más de veinte años". “Seguimos echando de menos a Déborah cada día y este fallo no va a cambiar lo que sentimos”, añaden.
Los padres y hermanos de la joven de Alcabre se han visto arropados durante todo este tiempo no solo por las personas más cercanas sino por una comunidad de miles de personas de muy diferentes lugares que, a través de la página creada para impulsar la causa han mostrado su empatía por el sufrimiento de la familia y su malestar por la falta de avances en la investigación. Justicia para Déborah cuenta con 14.000 seguidores.
Acceden a devolver a la familia las cintas de vídeo
La familia de Déborah podrá recuperar las cintas de vídeo personales que fueron entregadas a la Policía tras el crimen y que aparecieron durante unas obras en la Comisaría madrileña de Canillas, junto al móvil de la joven, fotografías y oficios del caso.
Estos vídeos, de los que se hicieron copias por los agentes en DVD, habían sido solicitados después de que se descartara que pudieran aportar información relevante a la investigación.
En su momento, tras el hallazgo, se había rechazado la incorporación de todos esos efectos encontrados de forma casual al procedimiento. Los investigadores no le dieron valor alguno. Tampoco en su momento al teléfono, (algo impensable a día de hoy) porque aunque desapareció durante una inundación en las dependencias policiales el registro de recogida del mismo, sí había un oficio en el que se hacía constar que se había hecho un examen superficial del mismo. En concreto, se apuntaba a que se había encontrado un solo contacto, tres llamadas y correos electrónicos pese a que en aquella época todavía no se habían incorporado a los móviles.
En todos estos años, la familia solo pudo recuperar la agenda personal de Déborah y recientemente el teléfono Nokia, pero sin la tarjeta SIM, imprescindible para obtener alguna información de relevancia.
Tal y como informó en un comunicado el equipo jurídico de la familia, una vez que el archivo provisional sea firme, ( no se prevé un recurso) la intención es poder hacer pública la causa.
La historia de la investigación sobre el crimen de Déborah es la de una familia que ha luchado con uñas y dientes durante 22 años para conseguir justicia. Tal y como aseguraba Rosa, la hermana de la víctima, “tengo la conciencia de tranquila de haber hecho todo lo que estaba en mi mano”.
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