ENTREVISTA

Domingo Villar: "Escribir un cuento exige mayor equilibrio, en una novela hay más margen para explicar"

Domingo Villar posa con el libro en Praza de Compostela.
photo_camera Domingo Villar posa con el libro en Praza de Compostela.

Después de la trilogía de Leo Caldas, Domingo Villar publicó el pasado miércoles “Algunos cuentos completos”, una recopilación de relatos que había escrito a lo largo de los años en un contexto íntimo y que a raíz de la pandemia decidió sacar a la luz.

 

¿Cómo surgió  la idea de recopilar estos cuentos en un libro?

Llevamos tantos meses en los que los abrazos están escondidos y las reuniones familiares quedan reducidos a encuentros menores que me pareció el momento idóneo para celebrar la vida y la amistad y compartir estos relatos íntimos, alegres y amables en una publicación con los dibujos de Carlos. No sabría decir si mis cuentos subrayan su obra o si sus grabados ilustran mis historias.

¿Alguno de ellos ha sido escrito ex profeso para esta publicación?

Todos están escritos a lo largo de los años, y el último fue escrito más tarde. Es el único que escribí después de decidir que íbamos a publicar la recopilación.

¿Cómo difiere su manera de acercarse a la escritura cuando se enfrenta a relatos y a una novela?

No difiere tanto, porque cuando yo me enfrento a una novela no pienso en una escalera que tengo que subir, sino en el siguiente peldaño. Entonces me tomo cada capítulo como un relato más, con introducción, nudo y desenlace. Una pequeña puerta para que el lector pueda pasar al capítulo siguiente. Por lo tanto, la forma de afrontarlo no es tan distinto, pero las novelas tienen el hilo de la trama que acelera la historia y aquí no lo tiene, por lo que hay que retorcer la aventura para completarla, para que tenga entidad propia.

¿Con cuál de los dos formatos está más cómodo?

El cuento tiene una exigencia de equilibrio mayor. En una novela, alguna página puede no estar tan atinada y luego hay tiempo de volver atrás y reexplicar las cosas. Los cuentos exigen síntesis y mantener el pulso muy firme, mucho más que en la novela. Y estoy a gusto en los dos ámbitos. Lo que me gusta es fabular, contar historias. Pero también es verdad que en mis novelas hay pequeñas aventuras en forma de personajes a los que les ocurren cosas inesperadas que tienen la misma alma que estos cuentos.

¿Cuál ha sido su principal inspiración a la hora de escribir estos cuentos?

Muchos de ellos fueron regalos para gente concreta, de forma que pensaban en cuentos que le pudiesen gustar a ellos más que inspirarme buscando en otros autores lo que me inspiraba era pensar en la reacción de amigos cuando recibiesen el regalo de los cuentos. 

El mar y la muerte son elementos recurrentes en la mayoría de los relatos.  ¿Diría que estos cuentos son como pequeñas novelas negras? 

Yo creo que no. Están más llenos de luz. Es verdad que la muerte aparece en muchos de ellos, pero siempre desde una perspectiva irónica. Y eso es lo que los engarza a todos, lo que va hilando todas las historias, además del mar y de la magia, de este mundo tan nuestro en el que la realidad y lo sobrenatural se mezclan con naturalidad.

Los linograbados de Carlos Baonza son una pieza esencial del libro. ¿Habría publicado estos cuentos sin las ilustraciones?

No. La idea de publicar estos cuentos viene de reafirmar un encuentro amistoso. Para mí era clave que Carlos me acompañase y diese una entidad mayor a los relatos. Los cuentos parecen obras menores al lado de novelas, pero yo creo que tienen una magia propia y en ningún caso creo que sea literatura menor, pero sobre todo acompañados de grabados como los de Carlos Baonza, que no son grabados sin más porque cualquier página podría estar en un museo, hace que mis pequeños relatos vuelen más alto. 

¿Qué es lo siguiente para Domingo Villar?

Estoy escribiendo una nueva novela de Leo Caldas de nuevo inspirada en Vigo y también estoy embarcado en una aventura teatral de la que habrá noticias, si todo va bien, en primavera.

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