El Cunqueiro realiza la primera operación en Galicia a un paciente con TOC

El equipo quirúrgico que operó en Vigo a la paciente
photo_camera El equipo quirúrgico que operó en Vigo a la paciente
Esta cirugía, que implica el implante de unos electrodos para mejorar el funcionamiento de un circuito cerebral, se realiza en tan solo ocho hospitales de toda España

El Hospital Álvaro Cunqueiro realizó la primera intervención quirúrgica en Galicia a una paciente viguesa de 51 años con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) refractario. Esta paciente, que ya está de alta y evoluciona sin complicaciones, padecía un trastorno psiquiátrico complejo que no respondía al tratamiento convencional. 

La intervención consistió en la implantación de un dispositivo electrónico que permite la neuroestimulación cerebral profunda y que corrige el problema. Fue una colaboración entre los servicios de Neurocirugía y Psiquiatría, con el apoyo de Anestesia. La idea es convertir a Vigo en centro de referencia para esta técnica en Galicia.

El TOC es un trastorno pisquiátrico que puede ocasionar un grave deterioro clínico, funcional y social a la persona que lo padece. El psiquiatra  Raúl Vázquez-Noguerol explica que la neuroestimulación cerebral profunda es una opción cuando fracasan los tratamientos convencionales y apunta que se ha constatado su eficacia puesto que el 70% de los pacientes reducen los síntomas, con lo que mejora su funcionamiento social e incluso se reincorporan al mundo laboral.

Los pacientes con este trastorno tienen un circuito cerebral reverberante en el lóbulo frontal. Esto significa que sus conexiones neuronales funcionan más intensamente de lo que deberían (hiperatividad e hiperconectividad neuronal). La operación permite equilibrar esta actividad cerebral.

Los neurocirujanos que coordinaron la operación, Pablo Sousa y Laura Serrano, explican que “la intervención consiste en la implantación de dos electrodos profundos, uno en cada hemisferio cerebral, de una manera mínimamente invasiva, a través de pequeños orificios en el cráneo. Estos electrodos están conectados a una batería subcutánea que situamos bajo la clavícula del paciente, y producen impulsos eléctricos en una diana muy concreta del cerebro. El resultado es que estas descargas inhiben el circuito cerebral. El objetivo es reducir al máximo la sintomatología del trastorno, cambiando la actividad cerebral de una manera controlada”.

Así se veía el cráneo del paciente con TOC.
Así se veía el cráneo del paciente con TOC.

Piden ser centro de referencia y harán al año 20 operaciones

El Cunqueiro ya tiene programada una segunda operación de estas características y el objetivo es realizar entre 15 y 20 al año.

El Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones (conductas recurrentes y esterotipadas) de manera continuada en el tiempo, lo que provoca en el paciente un alto nivel de ansiedad.

Se trata de una dolencia que interfiere mucho en la vida diaria de quien la padece y cursa con un gran sufrimiento emocional, llegando a ser incapacitante. Su prevalencia es de 2 o 3% de la población general.

Según la gravedad del TOC, los pacientes reciben un tratamiento combinado farmacológico y psicoterápico. En caso del TOC grave, entre un 20 y un 40% de estos pacientes no responden a los tratamientos, siendo la terapia quirúrgica la única opción. La selección de los pacientes es muy rigurosa, pasando por un comité clínico que realiza la evaluación formada por psiquiatras y neurocirujanos y que luego aprueba el Sergas. Los principales criterios selectivos son la repercusión grave en la vida del enfermo, y que el TOC sea refractario, con fracaso de los tratamientos convencionales.

Pablo Sousa: “Las personas que tienen este trastorno sufren muchísimo, es duro”

El neurocirujano Pablo Sousa reconoce que la imagen del TOC que reflejan las películas es bastante real, pero que “normalmente lo abordan desde el punto de vista del humor y lo que hay que entender es que las personas que tienen este trastorno sufren muchísimo, es muy duro". Explica que las personas que ya no responden al tratamiento muchas veces no salen de casa porque “tienen un miedo extremo a contaminarse”. Sousa recuerda que es una de las diez enfermedades generales, no solo psiquiátricas, consideradas por la OMS como más invalidantes.

El TOC se caracteriza por pensamientos intrusivos que el paciente no se puede sacar de encima y le genera tanto estrés y ansiedad que le lleva a cometer acciones que se llaman compulsiones como pisar las baldosas impares cuando van por la acera o hacerlas de tres en tres. El mismo paciente reconoce que no tiene mucho sentido pero no lo puede evitar".

 La operación que implica implantar electrodos solo se realiza en ocho hospitales de España y el Cunqueiro es uno de ellos. Se dieron dos circunstancias. Su servicio de Neurocirugía es muy potente y apostó por esta técnica para convertirse en un referente en Galicia, mientras que el servicio de Psiquiatría de Vigo era partidario de introducir el tratamiento quirúrgico como parte de su arsenal terapéutico. Explican que en Psiquiatría hay dos escuelas, una más biológica que basa los tratamientos y la explicación de las enfermedades en posibles alteraciones estructurales o funcionales del cerebro y otra más conductual. Por otro lado, es una técnica que lleva pocos años haciéndose para estos casos desde que se aprobó en EEUU en 2010. Requiere de muchos requerimientos técnicos en su planificación y desarrollo, así como de la incorporación del TAC intraoperatorio, y sus costes son elevados.

El neurocirujano Pablo Sousa explica que la cirugía es el último recurso y se reserva para pacientes en los que han fallado los tratamientos farmacológicos y la psicoterapia. Con todo, para el paciente es una técnica segura, siendo muy raras las complicaciones serias, con un postoperatorio sencillo, escasos efectos secundarios y una rápida recuperación.

El sistema se compone de una batería que se coloca bajo la piel y de la que salen dos cables que tienen unos electrodos en la punta. Son como ocho contactos metálicos que transmiten la corriente eléctrica en la zona en la que están situados, en este caso en una zona profunda del cerebro en la que hay un circuito que no funciona como debe. Los electrodos frenan la corriente eléctrica aplicada sobre las neuronas y lleva a ese circuito a una situación de equilibrio. Además, también introduce cambios en zonas que funcionaban por debajo de su actividad normal.

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