La náutica deportiva y de ocio está de moda y en pleno auge, con la proliferación de embarcaciones de recreo cada vez mayores, y los clubes vigueses y puertos deportivos se encuentran con que apenas tienen espacio para dar satisfacción a la demanda creciente. Entre los principales amarraderos del municipio Vigo hay unas 1.600 plazas disponibles, pero no son ya suficientes. El Real Club Naútico es el primero que ha dado un paso adelante tras conseguir permiso para poner en marcha la ampliación de sus instalaciones en las Avenidas. La idea es ganar unas 50 plazas más para llegar a 350 y convertirse en el mayor de la Ría de Vigo y el segundo de Galicia, tras Vilagarcía. Ya cuenta con permiso de la Autoridad Portuaria (APV). el Liceo ha pedido lo mismo a la APV, para poder llegar a 330, en su caso con una reordenación del espacio en la dársena que su presidente, Miguel Pereira, reconoce que no va a ser fácil de conseguir. En similares circunstancias se encuentran los muelles de San Gregorio y San Miguel, ambos en Bouzas, que suman entre los dos unas 400 más, pero al tope de su capacidad.
Pese a todo, la Autoridad Portuaria advirtió sobre la dificultad de dotar más plazas aunque estudia posibilidades. “Las posibilidades de crecimiento son siempre limitadas, ya que están sujetas a la concesión”, explicaba el presidente de la APV, Carlos Botana, quien reconoce que en estos momentos el Náutico sí tiene posibilidades de mayor aprovechamiento y ampliar plazas, mientras que en el resto de clubes es necesario estudiarlo de forma individual. Botana destaca la creación del Cluster Náutico Ría de Vigo “donde se podrían tratar estos temas para tener una mejor coordinación”.
Por su parte, Joaquín Davila, responsable de Marina Davila, especializada en buques de gran tamaño, con 240 plazas, confirma que también su puerto deportivo en Bouzas está completo, pero advierte sobre algunas nubes negras en el horizonte. “Estamos llenos, muy la completo, sobre todo llegan tránsitos de barcos con grandes esloras, es cierto que ahora estamos apretados en los yates a partir de 15 metros, 240”, señala. Destaca que podrían crecer mucho quitando los megayates, pero cree que en diez años Galicia será como el Mediterráneo “con mucho turismo y con algo menos de calor”. Añade que la situación del mundo también afecta a su negocio, al subir el petróleo y haber mayor inestabilidad. “Yo soy más negativo, pedir plazas es muy sencillo, pero tiene un coste alto, tenemos que invertir para ampliar la concesión y eso requiere un pantalán para 27 plazas”. Marina Davila acaba de ampliar la concesión del Puerto de junio de 2025 junio hasta más allá de 2030. A cambio, tendrán que realizar una inversión de 150.000 euros que permitirá ampliar el puerto. “Lo cierto es que sí, como el resto, estamos llenos, y lo que hacemos es usar el pantalán de megayates para barcos más pequeños cuando no hay tanta demanda”, explica Davila.
Para ayudar a ampliar la oferta en Vigo, este año se instalará el primer puerto deportivo en Beiramar con el traslado de la marina de Guixar, ya en marcha.
El clúster señala que la Ría permite navegar todo el año
Celso González preside el Cluster Náutico, que promueve la APV y donde participan entre otros clubes el Náutico, el Marítimo de Vigo y el Marítimo de Canido. Es una agrupación que busca convertirse en referente del sector aunque ha tenido problemas para ponerse en marcha aunque ya hay varios clubes que quieren ingresar. Celso González coincide en el diagnóstico: “En los últimos tiempos ha sido tremenda la demanda de estas plazas, pero es difícil en los náuticos que tenemos poder ganar más espacio", señala. Destaca que las Rías Baixas tiene a favor que se puede navegar todo el año, “es un mundo aparte”. En su opinión, el auge se debe en parte al cambio de mentalidad: "Ya no se ve como una práctica elitista, cualquiera puede disfrutar de este deporte y actividad, no como pasaba antes, y se ha abierto la mentalidad y de ahí su crecimiento”.
