El proceso para que las islas tengan un nuevo paisaje avanza con rapidez tras la corta de miles de árboles y la plantación de especies autóctonas
El Parque Nacional Islas Atlánticas, que gestiona la Consellería de Medio Ambiente, ha puesto el acelerador en su plan para cambiar por completo el paisaje de las Cíes. El contrato con la empresa pública Tragsa contempla la tala de buena parte de los eucaliptos -y acacias- plantados en los años cincuenta para su sustitución por otras especies más adecuadas. Ya resulta visible: cerca de un millar de árboles han desaparecido en amplias zonas de la isla Sur y en la Norte.
Los visitantes que quieran pasar la noche en el camping ya podrán comprobarlo: se han realizado plantaciones en el perímetro de la zona de acampada y se están retirando los pocos eucaliptos que quedaban tras el trabajo realizado durante el pasado mes de octubre. Según la Consellería de Medio Ambiente, la actuación en Cíes ocupa 33 hectáreas en la isla de Monteagudo y otras 11 en la de Faro, las dos centrales.
De momento, se han movido ya 2.071 toneladas desde las Cíes de árboles talados. En lugar de eucaliptos y acacias se plantaron 3.000 ejemplares de otras especies, en concreto 2.400 de robles, 361 de castaños y otros 500 de otras. Además, Medio Ambiente está haciendo “micropropagación” para cultivo “in vitro” de especies vegetales características de hábitats insulares para emplearlas en la restauración de ecosistemas.
El plan en marcha contempla la eliminación de las plantaciones forestales de especies alóctonas de carácter invasor y el control para evitar que vuelvan a reproducirse, al menos durante los primeros años tras el cambio de “paisaje”. Buena parte del proceso se está desarrollando con medios manuales. El resultado final será conseguir un ambiente adecuado que permita el desarrollo tras la desaparición de eucaliptos y acacias.
Ayer se iniciaba la temporada alta y el trabajo continúa, según señala José Antonio Fernández Bouzas, director del Parque. “Estamos produciendo planta propia de la isla y Galicia costa para la recuperación de las zonas donde ya no hay eucaliptos ni acacias”, explicó. No hay cifras exactas, pero ya habrían caído bajo la sierra entre 500 y mil ejemplares.
El endrino, una de las especies a plantar por toda la isla
Una de las especies que han cultivado y ya están repartiendo por la isla es el “prunus espinosa”, el árbol del endrino, que el Parque Nacional considera que se adaptará muy bien al clima de las Cíes. En unos años, antes de lo previsto, las islas tendrán un aspecto radicalmente distinto del conocido durante el último medio siglo, pero el proceso debe desarrollarse con cierta calma para no dejar las Cíes desprotegidas. No obstante, en el camino que va desde el embarcadero de Rodas hacia el Alto do Príncipe y el campo de trabajo ya se puede ver una extensión sin grandes árboles y con nuevas plantaciones. En otras incluso se puede ver ya cómo será el bosque tras la supresión de los eucaliptos.
Pero no será nada fácil. En el campo de trabajo de verano, Manuel, otro de los guardas de Cíes, señala que aunque no lo parezca, en las islas hay numerosas parcelas privadas donde el Parque Nacional apenas tiene margen de actuación. Ocurre al lado mismo de las barracas del campo de trabajo, ahora vacías y desmontadas, donde hay un grupo de eucaliptos amenazantes por su enorme porte. “Es obligatorio su tala, pero los propietarios no están muy de acuerdo, así que va a costar”, señala en un corrido por el entorno.
