La reforma de la ETAP de O Casal cuenta con una inversión de unos 25 millones de euros y no solo permite mejorar la capacidad de filtrado, sino que eleva la capacidad de tratamiento. Antes era de unos 700 litros por segundo, cuando ahora se sitúa ya en los 1.500, que es el caudal de diseño del proyecto. Con todo, se realizaron ya obras con la previsión de instalar en el futuro nuevos equipos en la planta que permitirían alcanzar los 2.200 litros por segundo.
Una de las principales dificultades de esta obra, que se encuentra detrás del largo período de ejecución es la necesidad de mantener la actividad en todo momento mientras se lleva a cabo la reforma. Para ello se hizo un ‘bypass’ provisional que conectó la llegada de agua bruta con otro trazado con los filtros de arena, lo que permitió demoler el viejo decantador. “Fue muy difícil hacer toda la obra manteniendo el servicio a la población conservando todos los estándares de calidad”, explica Miguel Payá. Para ello, señala que “hemos tenido que ir haciendo la obra a saltos, de una zona a otra, ocupando poco espacio, con mucho cuidado y haciendo pruebas previas de si afectaba o no a la calidad de agua”.
Además, esta actuación también permitió incorporar un alto nivel de instrumentación de campo y de equipos tecnológicos. Todo ello permite tener centralizada en un ordenador la información en tiempo real del estado del agua, permitiendo corregir rápidamente cualquier desviación. “Esta va a ser una planta con un alto contenido tecnológico y de instrumentación y la presencia del hombre está en un segundo plano y siempre detrás de un ordenador”, asegura Payá. El edificio de oficinas albergará también el laboratorio de control, desde donde se realizará un meticuloso trabajo de revisión de la calidad de agua que en estos momentos se lleva a cabo en una instalación provisional.
