Uno de cada diez niños del área sanitaria de Vigo podría tener dislexia. Es un trastorno que dificulta el aprendizaje de destrezas como la lectura, la ortografía y la escritura, y que puede venir acompañado de otros problemas en el área de la velocidad de procesamiento, entre otras.
La portavoz de la Federación Española de Dislexia, Araceli Salas, afirma que una persona con este trastorno “no comete faltas de ortografía, sino que son síntomas de una alteración del proceso fonológico”. Los afectados tienen dificultad para identificar los sonidos del habla y aprender a relacionarlos con las letras y las palabras
Precisamente por esto, reclaman que no les penalicen en su etapa educativa y lo equipara con hacer un examen a una persona ciega y no permitir que utilice el braille.
El nuevo decreto de las pruebas de acceso a la Universidad que prepara el Gobierno central para el año 2025 contempla una flexibilización de la norma para que estos alumnos queden exentos de la penalización por faltas de ortografía, pero los colectivos de pacientes exigen criterios claros y homogéneos para toda España y piden ser consultados.
También reclaman que se cumpla la ley en cuanto a las adaptaciones en Bachillerato, una medida que no se cumple siempre o se hace pero no en las condiciones adecuadas. En su opinión, no es buena idea tomar como referencia las adaptaciones de Bachillerato para la Selectividad.
Por otro lado, solicitar que estos alumnos con dislexia tengan más tiempo para procesar los temas relacionados con el lenguaje y las palabras, que puedan utilizar un corrector ortográfico o el uso de ordenadores. “Son estudiantes que pueden escribir con una letra ilegible, pero se debe al trastorno que padecen”, subraya Araceli Salas.
En Galicia, el organismo que organiza las pruebas de Selectividad, la Comisión Interuniversitaria, dictó una normas para corregir los exámenes de estos estudiantes. Los correctores saben que se trata de personas con dislexia, manteniendo el anonimato, y como criterio general se evalúan los exámenes en función del contenido y no por la presentación, la ortografía o la forma de expresión. Además, en los exámenes que no son de lengua las faltas de ortografía no penalizan en la nota final y en las pruebas de lengua se establecen unas normas detalladas.
