300 pacientes, en la unidad de prevención del suicidio de Vigo

El equipo de la unidad de prevención del suicidio, en el centro de salud de Taboada Leal.
photo_camera El equipo de la unidad de prevención del suicidio, en el centro de salud de Taboada Leal.
Dos tercios de los usuarios son mujeres y el resto hombres, y la franja de edad más frecuente está entre los jóvenes de 15 a 25 años, seguida de las personas que tienen entre 46 y 55 años 

La Unidad de Prevención del Suicidio del área sanitaria de Vigo acaba de cumplir dos años, con un total de 301 pacientes atendidos. Es un dispositivo que se creó para reducir las tasas de suicidio consumado y las tentativas autolesivas en la población. En Galicia sólo existía una unidad en Ourense y la Xunta decidió extenderlo a todas las áreas sanitarias para atender mejor los casos más graves y de mayor complejidad. Vigo fue la segunda en abrir. Funciona con una psiquiatra, Cristina Hermoso, un psicólogo, José Eduardo Rodríguez, y dos enfermeros especializados en salud mental, Ana Barreiro y David Meilán.

Estos pacientes solían acudir a Urgencias, al centro de salud o ingresaban en el hospital. Ahora cuentan con una unidad que dispone de tiempo y técnicas para abordar estas crisis y que les proporciona tratamiento farmacológico, psicoterapia y cuidados específicos de enfermería.

Llegan derivados desde tres vías, las unidades de salud mental, los servicios de Urgencias y la hospitalización de Psiquiatría, cuando presentan ideación autolesiva, tienen la idea de suicidarse bastante instaurada o han hecho alguna tentativa. Tienen capacidad para atender entre 80 y 90 pacientes, que cubren con las tres vías mencionadas y que llegan a la unidad en menos de dos semanas. Por eso se descartó la idea inicial de abrir también una vía rápida con Atención Primaria, porque no podrían asumirlo. Sus tasas de éxito son altísimas y lanzan por ello el mensaje de que se puede tratar y hay salida.

¿Cuál es el perfil? Dos tercios son mujeres y el resto hombres. La franja de edad más frecuente es de 15 a 25 años, seguida de los que tienen entre 46 y 55 años.  Aunque hay gente de todo tipo, muchos no tienen empleo activo. José Eduardo explica que hay unos 70 factores de riesgo, desde los sociodemográficos hasta tener un trastorno mental o los factores cognitivos relacionados con la dificultad para gestionar emociones muy intensas, la impulsividad, el perfeccionismo social y muchos otros. “En todos esos factores hay una palabra que nosotros exploramos, el sufrimiento, que en algún momento se vive como insoportable o interminable y surge la idea. Nosotros vemos la fuente de sufrimiento e intentamos echar una mano cada uno desde su ámbito de conocimiento para tratar de reducirlo y para que tengan recursos en caso de crisis, un plan de seguridad para saber qué hacer”, explica. También evalúan su conectividad, lo que les engancha a la vida para potenciarlo. Tanto el psicólogo como la psiquiatra aseguran que el suicidio no responde a una única causa, es mucho más complejo, y aseguran que sí hay señales de alarma. Esas señales van desde verbalizar que se quieren morir, el escaso sentido de la vida, el desprendimiento de posesiones valiosas, dejar de disfrutar con cosas que les gustaban y también ven muchos casos de problemas de sueño que terminan convirtiendo los problemas en montañas. Las crisis económicas y la pandemia aumentaron los problemas de salud mental, entre ellos la depresión mayor, que es una de las causas frecuentes de suicidio. Hay muchos más factores, desde el bullying pasando por el consumo de  alcohol que multiplica por 20 el riesgo autolesivo.

“El buen trato y la tolerancia es una buena prevención”

 “Es bueno hablar del suicidio con los adolescentes, pero hay que hacerlo bien porque si no puede ser peligroso”, apuntan. Lamentan que se pase del tabú a la frivolización. José Eduardo Rodríguez apunta algunas claves. “No se puede simplificar el sufrimiento suicida, no se debe a que te dejó el novio porque al 99,9% de los que viven esa situación no se quitan la vida. Hay algo más. En segundo lugar, es importante hablarles del sufrimiento que produce, que no se glorifique ni se glamurice, porque el dolor que causa en las personas cercanas es espantoso, nosotros trabajamos con algunos padres y lo vemos. Y otra cosa importante es no hablar de métodos suicidas, no dar ideas, y hacerles ver que se puede prevenir, que hay ayuda”. Al margen de esto,  destaca que valores como el buen trato, la tolerancia y la conectividad o la integración son una buena prevención social.

56 personas se suicidaron en la comarca viguesa en 2021

Un total de 56 personas se suicidaron en la comarca de Vigo en el año 2021, el último con registros recogidos por el Instituto de Medicina Legal. Se sabe que por cada suicidio hay 20 tentativas, con lo que el problema es mayor de lo que dicen las cifras.

En toda España se suicidan 11 personas al día, o dicho de otra forma, cada dos horas se quita la vida una persona en todo el territorio nacional y lo que es peor, la tendencia es creciente en los últimos años y aumenta entre los más jóvenes. Las autoridades lo consideran como un problema de salud pública de gran calado. En España hubo 4.003 suidicios, según el último informe que data de 2021, la mitad eran personas que tenían entre 40 y 64 años. El mayor volumen se produce en los meses de verano, en concreto en junio y julio, y el mes con menor incidencia es diciembre, aunque ocurren durante todo el año. 

En este mapa de suicidios, Galicia está entre las comunidades autónomas más afectadas y destaca principalmente Lugo (15,5 casos por 100.000 habitantes), que se ha convertido en la provincia española con las mayores tasas de mortalidad por suicidio, seguida muy de cerca por Zamora. 

En cambio, las provincias gallegas del sur, Pontevedra y Ourense, están por debajo de la media gallega en suicidios (las dos con 10,5 casos casos por 100.000 habitantes frente a la media gallega de 12,2), pero aún así siguen superando el porcentaje estatal.

El Instituto de Medicina Legal (Imelga) registró en su último informe un total de 331 suicidios en la Comunidad Autónoma: fueron 155 en la provincia de A Coruña, 92 en la provincia de Pontevedra, 52 en Lugo y 32 en Ourense.

El perfil mayoritario de la persona que se suicida en Galicia es, según el Imelga, el de un hombre de 51 a 60 años que se ahorca en su entorno.

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