El Cunqueiro rindió ayer un sentido homenaje a la mayor hornada de profesionales sanitarios jubilados de los últimos años: 221 trabajadores de todas las categorías, entre ellos 62 médicos. Para los directivos es el acto más importante en la sanidad porque permite agradecer toda una vida al servicio de los pacientes y por eso fue también el conselleiro, Julio García Comesaña.
En Vigo además de un reconocimiento público, los recién jubilados se llevan una obra de arte, este año la réplica de un cuadro de Darío Basso titulado “Las mariposas del alma” inspirado en los dibujos de las neuronas de Ramón y Cajal. El cuadro original se queda en el hospital y se hace una tirada limitada de serigrafías. Dario Basso hizo la obra “con todo el cariño” y quiso transmitir el ánimo y la fuerza que muestran en su trabajo diario. Les entregaron además la tarjeta dorada, que los acredita como antiguos compañeros y les da derecho a descuentos en las cafeterías del hospital, y un diploma de jubilación. Pero hay más: la despedida tiene el glamour cinematográfico con su correspondiente alfombra roja para entrar en el salón de actos del Cunqueiro y con un vídeo en el que participa Cachocentollo en colaboración con el servicio de Comunicación que arranca sonrisas, lágrimas y recuerdos imborrables. Este año se inspiraron en First Dates (Juby Dates) con tres “parejas” de trabajadores que intercambiaron sus vivencias. El vídeo terminó con la escena final de “Lo que el viento se llevó”, en la que Scarlett en el papel de Sergas pedía a Reth (los jubilados) que prolongasen su vida laboral, pero el protagonista abandonaba la escena con su famosa frase “francamente querida, me importa un bledo”.
Este año se jubilaron 221 trabajadores de atención primaria y hospitalaria, entre ellos 62 médicos, 111 sanitarios de otras categorías y 48 profesionales no sanitarios. No cabía un alfiler en el salón de actos, con gente sentada incluso en el suelo, entre compañeros y familiares. Entre los que se van había varios jefes de servicio: Benito Regueiro (Microbiología), Eduardo Pena (Endocrino), Ceferino Barbazán (Reuma), jefes de sección de Ginecología (doctor Álvarez) y de Medicina Preventiva (Margarita Cueto) o un ex directivo como Juan Lázaro. Pero para todos, desde el celador al jefe del servicio era un día importante. Para la Administración es también un reto encontrar sustituto para todos ellos.
En declaraciones a los medios, el conselleiro de Sanidade dijo que la semana pasada había solicitado al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, la posibilidad de prorrogar el contrato a los 44 médicos jubilados que se “rescataron” para ayudar con el covid a finales del año pasado y que hacían tareas de telemedicina. El Ministerio había autorizado que pudiesen compatibilizar el trabajo con la pensión. El contrato vence el próximo día 31 y aún no hay respuesta.
