La UVigo estrena su propio centro de control de satélites

Puesta en marcha del centro, ayer.
photo_camera Puesta en marcha del centro, ayer.

La misión espacial BIXO se pondrá en órbita a finales de 2025 y encara su recta final con el estreno de esta estación terrena que permitirá enviar y recibir datos a gran velocidad

La misión espacial BIXO de la agrupación estudiantil UVigo SpaceLab dio ayer un paso de gigante en su desarrollo con el estreno de la estación terrena que permitirá monitorizar el experimento biológico que pondrán en órbita en un nanosatélite a finales de 2025.

 

 

Instalada en el edificio Filomena Dato –antigua sede del CACTI, que ahora concentra una importante parte de los servicios administrativos del campus vigués–, cuenta con una antena de banda S instalada en la terraza (posteriormente se instalará otra de banda UHF, más convencional) y una sala dotada con ordenadores y servidores para interpretar las señales que el satélite enviará una vez esté en órbita, así como para enviar información al mismo y monitorizar su estado. 

 

 

Precisamente esta antena de banda S es la que diferencia a esta estación terrena de todas las que ha tenido la Universidad de Vigo hasta la fecha. Según explicaron los estudiantes durante la demostración realizada ayer, funciona a una frecuencia muy superior a las antenas convencionales (2,2 gigahercios), por lo que la descarga de los datos que el satélite envíe a la estación –en especial archivos de foto y vídeo, ya que la misión BIXO lleva incorporada una cámara para hacer seguimiento de las bacterias– será mucho más rápida que en cualquier otra estación con las que cuenta ahora la Universidad. 

José Luis Míguez, Emilio Astray, Belén Rubio, Daniel Villanueva y Fernando Aguado acudieron a la demostración.
José Luis Míguez, Emilio Astray, Belén Rubio, Daniel Villanueva y Fernando Aguado acudieron a la demostración.

En esta demostración de la nueva estación terrena los integrantes de UVigo SpaceLab hicieron hincapié en la gran carga computacional que requerirá el hecho de hacer un seguimiento en tiempo real del satélite, razón por la que la sala está dotada de un ‘rack’ de servidores listo para ser utilizado con este propósito. Además, los alumnos están desarrollando un software propio para localizar el satélite, calcular su órbita y su desviación de frecuencias con el objetivo de enviar las órdenes con la mayor precisión posible.

La UVigo lanzó al espacio cuatro satélites (XaTcobeo, Humesat, Serpens y Lume-1) de los que, a día de hoy, ya sólo se encuentra en órbita el Humesat, lanzado en 2013. Además del BIXO, el grupo Aerospace Technology Research Group, comanado por Fernando Aguado, ya trabaja en otro nanosatélite cuyo lanzamiento está planeado en 2027.

La misión biológica más pequeña jamás desarrollada

El experimento biológico que los integrantes de UVigo SpaceLab lanzarán al espacio a finales de 2025 es, como estos estudiantes la presentan, la misión biológica más pequeña jamás desarrollada, ya que estará instalada íntegramente en dos cubos de 10 centímetros de lado cada uno, esto es, el estándar ‘cubesat’ con el que la Universidad ha trabajado desde que comenzó a llevar a cabo este tipo de experimentos. 

Parte del equipo de UVigo SpaceLab, con diferentes prototipos del cubesat.
Parte del equipo de UVigo SpaceLab, con diferentes prototipos del cubesat.

El objetivo de esta misión es entender cómo afecta la exposición prolongada al ambiente espacial tanto en humanos como en organismos que viajan con ellos, para lo que se pondrán en órbita cultivos de bacterias en tarjetas de milifluídica cuyos cambios (tales como su crecimiento, el comportamiento de los microorganismos o la posible comunicación intercelular) una vez estén en el espacio se podrán medir gracias a distintos sensores. 

Una de las innovaciones a la hora de llevar a cabo este experimento es la utilización de ‘Software Designed Radio’ (SDR) para todas las comunicaciones entre la estación y el satélite, para lo que utilizarán el subsistema Totem, que recientemente se implementó gracias a su colaboración con Alén Space. “Esto nos permitirá desarrollar con más flexibilidad el software de cifrado de señal e implementar los protocolos de comunicación en un entorno mucho más práctico que con radios convencionales”, explicaron ayer los estudiantes en la demostración. El convenio con Alén Space (spin-off de la UVigo) también les proporciona otro subsistema, Triskel, que es el ordenador de a bordo del nanosatélite. 

Ahora, tras la puesta en largo de la estación terrena, al equipo le queda terminar de integrar todos los elementos del cubesat para comenzar con las pruebas de todo el sistema. Este mes, además, presentarán ante miembros de la ESA el proyecto final de BIXO.

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