La seguridad cibernética en un entorno cada vez más digitalizado empieza a ser una prioridad para los países industrializados, y más tras los últimos acontecimientos generados con el inicio de la guerra en Ucrania.
El grupo de países denominado D9+, integrado por Bélgica, Dinamarca, España, Estonia, Finlandia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa y Suecia se propone continuar avanzando en la digitalización basándose en el respeto mutuo de los derechos fundamentales y los valores democráticos compartidos y combatir los problemas derivados del mal uso de los datos virtuales y las prácticas que atentan contra la seguridad de empresas y particulares.
Salvador Estevan, director general de IA del Ministerio de Economía, destaca que para España, uno de los países mejor posicionados de la UE en la digitalización de la Administración Pública y en conectividad, el progreso tecnológico “debe mantener nuestros derechos. Buscamos un humanismo tecnológico en el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA) en nuestras relaciones con Estados Unidos”, una seguridad cibernética debe estar a la cabeza de las prioridades, y junto a ello, un aumento de las “inversiones en la infraestructura digital para “aumentar nuestra resistencia”.
Para conseguir estos objetivos “es necesario una responsabilidad conjunta para usar herramientas internacionales que ayuden a la economía y sociedad ucraniana a recuperarse”, subraya el vicepresidente del Gobierno checo, Ivan Bartos. Las relaciones transatlánticas deben ser fuertes para afrontar los desafíos digitales estratégicos más candentes, como evitar ciberataques o ruptura de comunicaciones. Entre otras soluciones, España ha propuesto que los derechos analógicos tengan una transposición en los digitales, para lo que se ha establecido la puesta en marcha de una “Carta de derechos digitales”.
