Hemoglobina glicada, el marcador del azúcar que predice riesgos de corazón

Un hombre camina por el campo acompañado de su perro.
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Saca a la luz problemas en personas de mediana edad y sin diabetes

Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) descubrieron recientemente que el uso rutinario de la hemoglobina glicosilada, también llamada glicada o HbA1c, (un biomarcador que indica el nivel de azúcar en sangre) en personas no diabéticas, permite identificar a los pacientes con mayor enfermedad aterosclerótica, es decir, quienes pueden sufrir un mayor riesgo de padecer enfermedades graves de corazón.

El estudio afirma que este biomarcador, que se utiliza para el diagnóstico y seguimiento de pacientes diabéticos, puede ser de gran utilidad para identificar la enfermedad aterosclerótica, y por tanto el riesgo cardiovascular, en pacientes con o sin una posible prediabetes.

Este hallazgo permitirá a los médicos clasificar mejor el riesgo cardiovascular en las personas de mediana edad, que aparentemente se encuentran sanas y sin diabetes.

Dado que la hemoglobina glicosilada o glicada es un test diagnóstico económico, pues se hace mediante un simple análisis de sangre, disponible y utilizado ampliamente en la práctica clínica habitual, su uso para ayudar a calcular el grado de aterosclerósis subclínica podría implantarse inmediatamente, según explica el doctor Xavier Rosselló, investigador del CNIC y cardiólogo del Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca.

PERSONALIZAR EL RIESGO

Para el director general del CNIC, Valentín Fuster, esta nueva información "contribuirá a personalizar más el riesgo cardiovascular sin prácticamente ningún coste adicional, lo que se podría traducir en planes de seguimiento más personalizados, enfocados primariamente en cambios en el estilo de vida, y eventualmente quizás en el uso de fármacos antidiabéticos".

La investigación forma parte del proyecto PESA-CNIC-Santander, que comenzó en 2010 y se ha renovado hasta 2030 y que, bajo la dirección del doctor Fuster, es uno de los estudios de prevención cardiovascular más importantes del mundo.

Normalmente, la enfermedad aterosclerótica se detecta después de que haya causado daño, como un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. 

El pronóstico de estos pacientes cambia radicalmente cuando han sufrido alguno de estos daños clínicos, por lo que la detección precoz es vital para la calidad de vida de la población.

Este hallazgo ayudará a clasificar mejor el riesgo cardiovascular de los pacientes que todavía no son diabéticos o con o sin una posible prediabetes.

"El uso de la hemoglobina glicosilada resultó particularmente relevante en aquellos participantes con bajo riesgo, mientras que su asociación con la enfermedad aterosclerótica en los individuos que ya tenían un riesgo moderado, por la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular, fue menos evidente", según Rosselló.

El trabajo es fruto del esfuerzo de un equipo multidisciplinar que incluye médicos, biólogos, estadísticos, bioinformáticos, enfermería y otros muchos profesionales que hacen posible el estudio PESA.

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