redondela

Redondela vivió su primer día de gran actividad con la reapertura de la feria

La primera feria del mes logró una buena afluencia de público aunque sin las habituales aglomeraciones.
photo_camera La primera feria del mes logró una buena afluencia de público aunque sin las habituales aglomeraciones.
Los comercios retoman la actividad con muy diferentes resultados según los sectores de la actividad económica
Redondela recuperó ayer la feria que dos veces al mes convierte a la villa en la cabecera comercial de la comarca. Los 160 puestos que habitualmente se instalan en la explanada del aparcamiento de la Alameda y de la avenida de Mendiño contaron en esta ocasión con mucho más espacio al cerrarse al tráfico la avenida. La cita con los feriantes  no llegó a alcanzar la asistencia masiva, pero sí permitió retomar la actividad y que el centro se llenase de actividad que según reconocía la alcaldesa, Digna Rivas, “es un gran dinamizador de la economía local, por eso quisimos que abriese ya con la posibilidad de hacerlo al completo”, ya que en este primer día apenas faltaron unos 8 puestos. La seguridad fue una de las notas más destacables de este primer mercadillo, que contó con la presencia de cuatro vigilantes del Ayuntamiento, tres patrullas de la Policía Local y dos de la Nacional, que desplazó una de las unidades de la Unidad de Prevención y Reacción. Además, también se sumaron al operativo los voluntarios de Protección Civil. Toda la seguridad y nueva instalación de los puestos fue coordinada por el concejal de Ferias y Mercados, Vicente Lamas, que visitó varios mercadillos para recabar información y métodos para mantener la seguridad y la prevención en Redondela.   
Por su parte, los comerciantes ya abrieron sus puertas en casi la totalidad de los negocios, aunque eso sí, respetando las medidas de prevención y seguridad impuestas por la pandemia del Covid-19. Las ventas en este primer mes no fueron iguales para todos los sectores ni todos los locales. 
Algunos  aseguraban que la reapertura fue “muy buena y la respuesta de la gente muy empática. El ritmo es muy bueno y parece que la gente está con ganas de comprar”, aseguraba Belén Abelleira, propietaria de la tienda de moda “Coco Colet”. También al dueño de Candi Zapatería reconocía que “las cosas se están animando poco a poco, ya hay más gente en la calle, aunque se nota que hay cierto miedo. Hay muchos clientes que primero llaman para saber el horario y si estamos abiertos”.
 En la restauración se incorporaban esta semana algunos establecimientos que todavía permanecían cerrados. Uno de ellos era Casa Lemos, que gracias a su amplia terraza exterior “podemos ofrecer un espacio en el que los clientes no estén aglomerados”, explica Eva, su propietaria, que explica que “sentimos que muchos prefieren mantener la distancia. Tenemos que ir adaptándonos a la nueva situación que nos va a obligar a trabajar de otra manera porque, además, la gente consume ahora de forma diferente que antes del inicio del estado de alarma”. En la playa de Arealonga el confinamiento les pilló con el paso cambiado. Era en inicio de temporada para algunos locales como el restaurante que lleva el nombre del arenal. Alberto González recuerda que en el mes de marzo “teníamos muchas reservas e íbamos a tener muchos días de lleno absoluto. Con el estado de alarma se canceló todo y ahora reabrimos intentando adaptarnos a las nuevas circunstancias”. 
Vero Costas es una mujer dinámica y emprendedora que cuenta con tres tiendas en la villa de los viaductos. La reapertura comenzó el día 11 de abril y por el momento “la recuperación está siendo muy lenta. Las ventas son a cuentagotas. La gente aún tiene miedo a salir, a consumir por lo que pueda pasar. Hay muchas incertidumbres, sobre todo económicas”, comenta. Precisamente esas incógnitas en relación al futuro es lo que ha originado “que tengamos parados los pedidos porque no sabes si podrás afrontar los pagos”, algo que afecta principalmente a su tienda de moda femenina que abrió hace dos años y que asegura antes del confinamiento “iba muy bien”. 
Su experiencia de más de veinte años como comerciante con su tienda de artesanía en el centro de Redondela la hace asegurar que la situación que se está viviendo “no es ni parecida con la crisis de 2008. Yo pasé de tener tres tiendas rentables a ingresos 0 y haciendo frente el pago a proveedores y a todas las facturas que me entraban”, reconociendo que si no fuera “que vivo con mis padres, no habría tenido ni para comprar unos filetes para mis hijas”.
En la zapatería Candi la inactividad de los primeros días dejó paso a cierto movimiento que su propietario asegura que “todavía a medio gas. Los clientes llaman antes de venir para saber los horarios o si estamos abiertos, pero ya no es como los primeros días que estaba muy parado”. 
El comportamiento de los clientes es, según este comerciante, “muy bueno, la gente entra de uno en uno y espera su turno sin problemas. Eso sí, se nota que la gente tiene recelo a entrar en lugares cerrados, sobre todo en el interior de las cafeterías”. 
Uno de los sectores más afectados por la crisis generada por el coronavirus es el de las agencias de viajes. En el caso de Viajes Talión, a cuyo frente se encuentra la dinámica Chus Bastos, abrió sus puertas desde el día 11 "aunque sabíamos que no íbamos a vender nada.  n

Te puede interesar