Mariano Abalo, el que fuera concelleiro de ACE, uno de los tres socios del gobierno encabezado por el BNG de Clara Millán en la alcaldía del Concello de Cangas entre 2007 y 2011, y en la actualidad componente de Alternativa dos Veciños (AV), ya sin acta en la corporación, anuncia que presentará una denuncia ante la Justicia contra la exlíder nacionalista por acusarle públicamente de llevarse documentación del consistorio para su casa cuando éste era responsable municipal de Urbanismo. Se refiere a expedientes que desaparecían de las instalaciones municipales relacionados con el convenio de cesión del Bosque Encantado al Concello por parte de Promalar o al del polémico puerto deportivo de Massó.
"Son acusaciones muy graves y me veo en la obligación de iniciar acciones legales porque la citada señora no desmintió sus acusaciones", afirma Abalo en un comunicado emitido a los medios en el que anuncia la recomendación de sus asesores legales de llevar a Millán ante los tribunales para “limpiar mi imagen y, al mismo tiempo, dejar en evidencia las falsedades y las afirmaciones de Millán que afectan a la honra de mi persona”.
Abalo se defiende asegurando que su actividad “siempre se encuadró en una dedicación de pleno servicio a la vecinanza de Cangas” y que “por educación y salud mental" no va a entrar “en otro tipo de contestaciones”. Sí quiso dejar claro y recordar que ”el Tribunal Supremo sentenció que las obras del puerto deportivo de Massó eran ilegales y que si alguien se opuso al convenio con Promalar fue la FPG que representaba Abalo. “Aguardo que las acciones legales pongan a cada uno en su sitio”, concluye.
Una relación convulsa
Retirada de la primera línea política, al menos en apariencia, Clara Millán y Mariano Abalo siempre han mantenido un tira y afloja político a causa de las obras de la empresa Marina Atlántica para construir en O Salgueirón un puerto deportivo y una urbanización diseñada por Norman Foster. Una relación convulsa públicamente incluso formando parte del mismo gobierno y causa de ruptura. Abalo siempre se ha posicionado contrario al proyecto frente al resto de sus socios de gobierno que mantenían una actitud más beligerante y condicionaban el futuro de Massó a los usos que resultaran de la aprobación de un Plan Xeral que nunca llegó a materializarse. Tanto es así que el urbanismo de Cangas se rige por normas de 1994.
